Frenazo al galeón
El presidente Santos ha hecho bien en dar marcha atrás a la licitación para la recuperación del galeón San José. El multimillonario proyecto había despertado todo tipo de cuestionamientos y suspicacias.
El presidente Santos ha hecho bien en dar marcha atrás a la licitación para la recuperación del galeón San José. El multimillonario proyecto había despertado todo tipo de cuestionamientos y suspicacias.
Apunto de expirar su mandato, el presidente Santos anunció el lunes, de manera sorpresiva, la suspensión de la licitación para la recuperación del galeón San José, que se iba a cerrar ese día. El mandatario justificó la decisión en que había un pleito judicial pendiente contra el proceso.
Se refería a una acción popular interpuesta por el exmagistrado César Augusto Duarte, admitida a trámite hace un mes por el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, que cuestiona el método por el cual se pretendía adjudicar el contrato. Ha hecho bien Santos en dar marcha atrás en un asunto que, desde el comienzo, había despertado todo tipo de suspicacias debido, en no poca medida, a la falta de transparencia. En marzo de 2015, el Presidente anunció al país que se habían encontrado, frente a las costas de Cartagena, los restos del San José, galeón español hundido en 1708 por corsarios ingleses cuando transportaba un tesoro valorado en unos 11 mil millones de dólares a precios actuales.
La exploración la había realizado (ironías de la historia) una compañía británica, Maritime Archeology Consultants, que algunas fuentes han vinculado con el exprimer ministro Tony Blair. Dicha compañía, por haber realizado la exploración, partía como ‘precalificada‘ en el proceso de licitación, de modo que, si no había más aspirantes, ganaba el contrato, valorado en unos 73 millones de dólares. No solo el exmagistrado Duarte cuestionó el proyecto de rescate del galeón, que se iba a ejecutar mediante una alianza públicoprivada. Tres meses antes, 40 arqueólogos del país se pronunciaron contra un proyecto que consideraban sin suficiente sustento científico y que podía conducir, en su opinión, a un “saqueo” del patrimonio nacional. A ello hay que añadir que, desde 1982, otra compañía, Sea Search Armada –estadounidense con socios barranquilleros– asegura haber identificado los restos del galeón. Santos aseguró en 2015 que las coordenadas aportadas en su día por Sea Search no se correspondían con el lugar de la nave identificado por Maritime Archeology Consultants. Los representantes de Sea Search han instado al Gobierno a que aporte las pruebas de tal afirmación, pero este alega que no puede revelar los datos de la empresa británica por tratarse de materia reservada.
Al frenar la licitación, Santos afirmó que, a lo largo de este proceso, en todo momento “antepuso los intereses culturales y científicos a cualquier otra motivación”. No hay razón para ponerlo en duda. Pero, insistimos, es mejor que las cosas hayan terminado así. El balón queda en manos de Duque. Estaremos atentos a la forma en que el próximo presidente aborde este proyecto de enorme trascendencia para el patrimonio de Colombia.
El balón queda en manos de Duque. Estaremos atentos a la forma en que el próximo presidente aborde un proyecto de enorme trascendencia para el patrimonio de Colombia.