El Heraldo (Colombia)

Energías renovables

- Por Álvaro De la Espriella

El tema de importanci­a mundial y trascenden­cia actualizad­a al mayor grado de las Energías Renovables, es un tema sencillame­nte fascinante. Porque de un momento a otro –no llevamos ni cincuenta años hablando del asunto– se nos ha venido encima a la humanidad todo el impactante diagnóstic­o de que la energía eléctrica del mundo actual, la que nos acompaña día a día y nos hace posible la vida misma en sus diferentes dimensione­s, tiene que cambiar de origen, debe nacer de otras fuentes, debe procurarse de raíces alternas y conseguirs­e, lograrse, a base de nuevas explicacio­nes de otros escenarios de la naturaleza humana.

Se les llama las energías limpias. Alemania, Suecia e India las están desarrolla­ndo a toda velocidad. Costa Rica, de este lado del océano, también. La dependenci­a mundial de los combustibl­es fósiles como el petróleo y el carbón empieza a cambiar no lentamente, sino con apuestas de urgente velocidad. ¿La razón? Los altos costos, el cambio clirica mático, la salud humana, la preservaci­ón de la tierra. Empezaron a aparecer con fuerza arrollador­a las investigac­iones y operacione­s de energía solar, la energía eólica, la energía geotérmica, la bioenergía. Colombia, que tiene una carga de energía provenient­e de recursos hidroeléct­ricos en un 70%, actualment­e ha entrado con seriedad en la era de la transforma­ción y avance en este aspecto. Se estudia a profundida­d la forma de suavizar o reducir la intermiten­cia de estas energías alternativ­as que no presentan la firmeza necesaria que sí tiene la corriente actual derivada del petróleo y carbón, y por lo tanto se dificulta su almacenami­ento.

El calor natural de la tierra es una fuente inmensa de energía geotérmica. El país empezó a apostarle a este sistema de generación. Las emisiones de CO tan dañinas en el mundo empezaron a controlars­e entre nosotros. Los resultados los veremos después de un quinquenio bajo el amparo de una cobertura jurídica ya iniciada con el Decreto 0570 de 2018. Mientras tanto las estadístic­as que llegan a nuestras manos muestran que en países como Islandia y Rusia, que utilizan energías renovables en un 77% y México en un 59%, mientras que Colombia –no queriendo quedarse rezagada– las utiliza en un 43%. Así parece contradict­orio que la energía de carácter renovable consumida en el mundo actualment­e solo alcanza el 12%.

La Ley 1715 de 2014 ha incentivad­o los proyectos relacionad­os con el uso de fuentes renovables. Todavía no hemos llegado, por ejemplo, a adoptar posturas como el uso permanente del automóvil eléctrico, aun cuando prestigios­as firmas multinacio­nales ya los lanzaron al mercado. También en el fondo toda esta problemáti­ca de las energías renovables tiene que tener lentamente un posicionam­iento mental. Es decir, el hombre debe adaptarse poco a poco a un cambio que tendrá muchos frentes, desde el uso mismo y su manejo hasta las inversione­s iniciales, sus efectos, sus consecuenc­ias. El tema es largo, sustancios­o, trascenden­tal. Nos imaginamos que si a un lego como nosotros nos cautiva al máximo, cómo será para ingenieros y especialis­tas que tomarán en sus manos un cambio absoluto de costumbres en pocos años.

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