La nadadora vallecaucana,
William González B. @wigoSports
Su éxito no solo radica en esas ganas de superarse cada día más, sino también en la excelente preparación académica y deportiva que ha recibido, la cual le permite expresarse con confianza, con seguridad y sin temores.
Isabella Arcila es desde ya la reina de los Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018. Esta nadadora vallecaucana, de 24 años, acumula tres oros en igual número de competencias individuales, siendo, junto a la patinadora Johana Viveros, una de las dos deportistas que más éxitos le ha regalado a Colombia en estas justas.
Cuando Isabella llegó a La Arenosa se puso un reto, ganar la presea dorada en sus cuatro pruebas individuales. Hoy está a solo 50 metros (la distancia en la que competirá mañana en la modalidad libre) de conseguir ese ambicioso objetivo.
“Hermoso todo lo que me ha pasado en Barranquilla. Antes de llegar acá nunca había sido campeona centroamericana y mucho menos recordista. Hoy, gracias a Dios, tengo tres oros y soy doblemente recordista. Poner mi nombre en los libros de historia es un orgullo muy grande”, manifestó Arcila Hurtado en diálogo con EL HERALDO.
Isabella lleva 17 años dedicados a la natación. Inició a los siete calendarios en Colombia y luego, a los 17, se fue para los Estados Unidos a realizar sus estudios universitarios y a continuar con su proceso de preparación deportivo.
“Me gradué hace tres años de Negocios Internacionales en Dallas, Texas, en la Universidad US News. No he ejercido porque estoy dedicada a la natación. Este deporte es mi vida, mi trabajo, mi profesión. Le dedico todo mi tiempo. Entreno y cuando estoy fuera de la piscina todas las actividades que hago son entorno a la natación”, cuenta.
De su hermana, Valentina Arcila, exnadadora profesional, heredó el amor por este deporte. Probó en varios, pero al final el agua y las brazadas la terminaron sumergiendo en ese mundo de tiempos, modalidades, clasificaciones, finales y récords.
“Practiqué muchísimos deportes en equipo, pero rapidito me di cuenta que no era lo mío, porque no depende solo de mí. No me gusta perder y si mis compañeros no hacían bien su trabajo me daba mal genio. Empecé en la natación, donde obviamente cuentas con un equipo de apoyo, pero a la larga, en la competencia, es 100% responsabilidad solo tuya”, manifiesta esta vallecaucana que tiene como gran referente a la nadadora española Mireia Belmonte.
“Es un mujer guerrera y tenaz de la natación mundial. Inspira a muchísima gente y yo quiero llegar a tener esa misma posibilidad de despertarles esa chispa a las mujeres jóvenes para que se atrevan a soñar en grande y a lograr cosas increíbles. Siempre digo que la medalla alguien tiene que ganársela y no hay ninguna razón por la cual no puedas ser tú quien la obtenga”, dijo.
Isabella reconoce que pasa por su mejor momento deportivo. Los tropiezos del pasado —la no clasificación a los Olímpicos de Londres 2012 y la no clasificación a las semifinales en Río 2016— la llenaron de fuerza para arrancar con todo este nuevo ciclo olímpico que apunta a Tokio 2020.
“Estoy en el mejor momento de mi carrera, nunca había tenido un ciclo olímpico tan espectacular. Le he dado 10 medallas de oro a Colombia en las últimas tres competencias (tres en el Suramericano, cuatro en los Bolivarianos y tres en los Centroamericanos). Desde ya pienso en Tokio, tengo una espinita clavada y quiero sacármela. Quiero romper las barreras, que la gente se dé cuenta que la natación es un deporte que le puede dar muchas medallas y alegrías al país”, concluye.