¡Unos y otros, dejen que la Justicia actúe!
El proceso al que está vinculado Álvaro Uribe tiene consecuencias políticas. Ya lo hemos dicho y es necio negarlo. Pero lo que no podemos perder de vista es lo que hay detrás de todo este proceso, que no es otra cosa que el juzgamiento al paramilitarismo en el país. Ese es el bosque que hay que ver detrás de los árboles. Punto. Pero para ello primero debemos reconocer y enfrentar la instrumentalización de la Justicia, con todas las consecuencias que ello tiene: por un lado están los uribistas, señalando de corruptos y vendidos a los magistrados; mientras que por el otro están los antiuribistas, haciéndole barra a la Corte y anunciando marchas de celebración si capturan a Uribe, aupando toda clase de decisiones judiciales sin parar mientes en las garantías procesales que todo sindicado tiene bajo el amparo de la Constitución Nacional. Lo que todos a una, como en Fuenteovejuna, deberían hacer es solidarizarse con el drama personal del procesado y dejar que la Justicia avance en sus investigaciones y pesquisas. Si hay pruebas que ameriten la detención y condena del procesado, que así sea. Pero si -al contrario- las pruebas indican que el sindicado es inocente y que lo que procede es su absolución, que así sea. Y que -de ser esto último- quienes estuvieron detrás de este criminal montaje, así como de la persecución despiadada contra Uribe, reciban todo el peso de la Ley. Su actuación no puede estar cubierta con el manto de la impunidad.