¡Compro botellas!
Así era el grito de los compradores de frascos y botellas vacías por las calles de Barranquilla hace muchos años, y así se inició, en forma sencilla, el proceso de reciclado de residuos. Solución ambiental que hoy en día se está impulsando como una responsabilidad extendida de los fabricantes de artículos de plástico que generan muchos residuos. Por eso preocupa la situación de estos materiales que, según la revista National Geographic del pasado junio, están formando un mar de plástico: Ocho millones de toneladas de plástico acaban en los océanos cada año y esto es solo la punta del iceberg.
Y para complicarnos el problema, nuestro río Magdalena está entre los que más millones de toneladas por año descargan en el Atlántico. Fabricamos artículos de plástico y dependemos de ellos, pero llenamos el mar. ¿Podremos seguir usando este material y tener un ambiente limpio a la vez? Ya existen muchas acciones legislativas y empresariales para evitar o aminorar esta contaminación en nuestros ríos y mares y en el planeta en general. En países desarrollados como Alemania y Estados Unidos, por ejemplo, los residuos de plásticos de los hogares se recogen en canecas azules para que las empresas recolectoras los dispongan adecuadamente o se entreguen para su reciclaje en los supermercados.
En Colombia se encuentran vigentes la Norma Icontec GTC 24 (Gestión Ambiental de Residuos Sólidos) y el Documento Conpes 3874 del 2016, “Política Nacional de Gestión de Residuos Sólidos”, que espera mejorar la cultura ciudadana en la gestión de residuos sólidos (plásticos entre ellos) y asignar roles específicos a las entidades públicas y privadas para el fortalecimiento de los sistemas de reciclaje. Es necesario que las empresas urbanas de recolección de basuras colaboren en este proceso y no sigan considerándose simples espectadoras de lo que hacen los “basuriegos”, que noche tras noche los rebuscan en todos los tanques de basura de residencias y almacenes de Barranquilla.
Además, se requiere que las administraciones municipales, que son responsables de la implementación de esta política nacional, propicien la articulación entre el sector público, el sector privado y la sociedad civil, para el cumplimiento de un objetivo general de minimizar la generación de residuos de plástico en su origen, maximizar su aprovechamiento, reducir los no aprovechables y disponerlos, respetando los ríos y los mares.
Es importante recordar que hay cada vez más regulación de los residuos de plástico y que se hace necesaria la responsabilidad ambiental de las empresas, pero aquí en Barranquilla estamos necesitando un mejor plan de manejo y reciclaje de los residuos de plástico en los muchos hogares y edificios de apartamentos, y para esa labor son útiles los grupos y clubes de voluntarios que podrían aplicar los planes ambientales si las instituciones distritales atienden sus propuestas de trabajo y colaboración a nivel de residencias e instituciones educativas para instruir en el manejo de residuos, tal como lo hacen otras ciudades de Colombia y del mundo, y promover la creación de “comités de convivencia” en edificios y barrios.