Regreso triunfal al Romelio
Junior volvió a jugar en la que fue su primera casa y todo salió perfecto: el estadio se llenó y el equipo ganó, goleó y gustó. Jarlan, Luis Díaz y Teófilo anotaron los golazos.
Con goles de Jarlan Barrera, Luis Díaz y Teófilo Gutiérrez, Junior venció 3-0 al Deportivo Pasto y firmó un regreso triunfal al estadio Romelio Martínez, que estuvo repleto como en sus mejores tiempos, ayer en partido de la segunda jornada de la Liga Águila II. El público rememoró momentos pasados en el renovado escenario y gozó con el buen accionar del conjunto rojiblanco.
Fue como en los mejores y viejos tiempos. Largas filas para entrar al Romelio Martínez, tribunas repletas, gente afuera reclamando porque no pudo entrar y Junior adentro ganando, goleando y gustando. El regreso de los rojiblancos al estadio de la 72 resultó muy agradable, feliz y triunfal. Hizo recordar las épocas doradas en este renovado escenario que fue la primera casa rojiblanca. Los Tiburones no defraudaron a los cerca de 12 mil aficionados que abarrotaron las graderías y vencieron 3-0 al Deportivo Pasto.
Jarlan Barrera, al minuto 21; Luis Díaz, a los 55; y Teófilo Gutiérrez, a los 74, convirtieron los tantos de gran factura con los que el cuadro barranquillero salió victorioso en este partido correspondiente a la segunda fecha de la Liga Águila II, jugada en el Romelio por el mal estado en que quedó el gramado del estadio Metropolitano Roberto Meléndez tras la inauguración de los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2018.
A pesar del desarrollo de las justas en distintos escenarios deportivos, Junior convocó a sus hinchas y armó una nostálgica y bonita fiesta que tal vez en el ‘Metro’ no hubiese tenido el mismo colorido, expectativa y emoción.
Junior comenzó con la ini-
ciativa ofensiva. A circular el balón en busca de espacios y oportunidades para anotar. Jarlan Barrera se asomaba activo, despierto, impetuoso.Teófilo Gutiérrez y Luis Díaz también pedían la peentiende lota, se mostraban, asumían la responsabilidad de atacar, pero no andaban finos para pasar el esférico y juntarse.
De todas formas, en medio de la falta de tiza en los guayos de los hombres ofensivos, Junior alcanzaba a controlar a su rival, a dominar el esférico y a acercarse al borde del área. Ahí, en la terraza del portero argentino Nahuel Losada, se extinguían las insinuaciones.
Sin poder entrar a la cabaña visitante, los Tiburones apelaron a una llave de la que hace rato no echaban mano: la pelota quieta.
Jarlan, que jugaba vivo y acertado, ratificó que recuperó la dirección y consiguió un golazo de tiro libre. Desde una ubicación que normalmente le corresponde a un pateador derecho (Sebastián Viera quiso patear, pero Comesaña le dijo que se quedara tranquilo en el arco en esta ocasión), el samario ejecutó con ese tino que siempre le ha caracterizado, fuerte, por encima de la barrera, y vulneró la portería del cuadro nariñense. El creativo la acomodó en el ángulo superior de Losada.
El tanto de Jarlan le dio serenidad y confianza a Junior. Mantuvo la posesión del balón, aunque sin lograr la profundidad necesaria para marcar el segundo. Pasto solo intentaba inquietar con la lucha y fuerza de Brayan Fernández. Nada más. Pocas veces el equipo dirigido por Flabio Torres armó una jugada ofensiva con riesgo real en todo el primer período.
En el período complementario, Junior inició dejando ver sus deseos de concretar la segunda ‘diana’ y Deportivo Pasto se lo facilitó con la infantil expulsión de Éderson Moreno, quien agredió a Jarlan Barrera en el pecho. El árbitro lo observó y no dudó en mostrarle la roja.
En ese momento el conjunto volcánico se dedicó mucho más a proteger su arco que a tratar de buscar el empate. Junior en cambio se animó, Teo, que siempre estuvo con movilidad y ganas, mejoró su fútbol.
Luis Díaz, en un instante de inspiración, aprovechó su chispa y velocidad para eludir a varios adversarios desde el tercer cuarto de cancha, hacer una combi- nación con Teo (que lo ha- bilitó con taquito) y definir certero y rasante entre las piernas del guardameta. Otro golazo.
El 2-0 resultó una lápida imposible de levantar para los pupilos de Flabio Torres, que reclamaba desde la zona técnica que “la expulsión era injusta”. Con once y con 10 hombres, sus dirigidos no produjeron absolutamente nada en las inmediaciones de Sebastián Viera.
Mientras tanto seguía el bombardeo en el arco de Losada y Sebastián Hernández casi anota de chilena.
Ya con Daniel Moreno y Víctor Cantillo en la cancha, llegó el tercero. Junior tocaba a su antojo y el volante magdalenense metió una ‘cuchillada’ sorpresiva entre líneas que el juvenil atacante detuvo de buena forma, levantó la cabeza y puso ‘pase de la muerte’ a Teo que definió con un toque suave y acomodado a un costado. Tercer ‘pepazo’.
Después empezó el toquetoque, el "ole" en las tribunas, fue el epílogo de un regreso triunfal, de un partido como en los viejos tiempos.