Tras la ‘operación Vesta’
La operación realizada en Cartagena contra el proxenetismo es una buena noticia, pero tras ella se agazapa una sangrante realidad que parece tener una capacidad ilimitada frente a los esfuerzos por cambiarla.
La operación coordinada por la Fiscalía contra una red de proxenetismo en Cartagena, que de momento ha conducido a la captura de 18 personas, constituye, en sí misma, una buena noticia, en la medida en que saca del ‘mercado’ a los presuntos responsables de esta actividad delictiva y los pone a disposición de la justicia. Desde esa perspectiva, hay que felicitar al Ente acusador, así como a la Policía, Migración Colombia, la Armada y demás instituciones que han participado en el operativo, en el que se han desarrollado 13 diligencias de allanamiento en hoteles y establecimientos nocturnos. Ahora bien, detrás de esta noticia positiva se agazapa una sangrante realidad, que parece tener una son muchos en ‘La capacidad ilimitada Heroica’. de resistencia frente En el operativo en a los esfuerzos por cuestión han sido detenidos cambiarla. dos policías. Desde hace ya mucho Ello no debe sembrar tiempo –demasiado, de ningún modo diríamos–, dudas sobre la integridad Cartagena se encuentra de la institución, incluida en pero sí plantea los circuitos internacionales interrogantes sobre del denominado el grado de implicación ‘turismo en este turbio sexual’, sin que las negocio de personas estrategias contra relacionadas con los esta aberrante situación resortes de poder. hayan arrojado También llama la los frutos esperados. atención que aflore Tal como ha trascendido el nombre de Assi en la actual Moosh, el ciudadano ‘operación Vesta’ –y israelí que fue expulsado como lo han revelado recientemente acciones policiales del país a raíz de las anteriores–, ‘fiestas sexuales’ que las redes de proxenetismo armaba en su hotel incluyen la de Taganga. Las autoridades explotación sexual colombianas de menores de edad. lo consideran el Estos muchachos y cabecilla de la red muchachas suelen de proxenetismo en ser captados en barrios Cartagena y han solicitado pobres, donde a la Interpol reina la desesperanza, su captura. Cabría los cuales desafortunadamente, preguntar por qué, si había muchos indicios sobre su conducta delictiva, lo expulsaron meses atrás, en vez de haber desplegado todos los esfuerzos para llevarlo ante la justicia. Es importante que Cartagena, ‘joya’ nacional, se sacuda de la lacra del turismo sexual. Para lograr ese objetivo, no bastarán las operaciones policiales. Será necesario un mayor compromiso de los líderes políticos, económicos y cívicos para corregir los enormes desequilibrios económico-sociales de la ciudad, y una mayor estabilidad en la dirigencia administrativa. Tomar este toro por los cuernos corresponde, en primer lugar, a los propios cartageneros. Su ciudad –que es la de todos los colombianos– merece mucha mejor suerte.
Acabar con tanta depredación sexual exige algo más que golpes policiales. Es necesario un mayor compromiso de los líderes políticos, económicos y cívicos para corregir los enormes desequilibrios económicos y sociales de la ciudad.