Ted Williams, el sacrificado por la guerra
El jardinero de los Medias Rojas de Boston fue convocado a las fuerzas armadas en tres ocasiones, en tanto que hubo muchos peloteros que no tuvieron ni siquiera una sola vez. Saben muy bien los aficionados que siguen desde hace muchos años el desarrollo del béisbol de Grandes Ligas, que son muy pocos los grandes bateadores que tienen en su registro de averages el llegar a la cifra de 400, algo que sólo es posible no sólo con el apoyo de una gran habilidad bateadora sino también con un poco de suerte en el ejercicio del bateo.
El último bateador que en las Ligas Mayores alcanzó la cifra todopoderosa de los 400 de average fue Ted Williams, quien vino a emparejarse con un último bateador en 1930 llamado Bill Terry. Williams fue un pelotero que sufrió en la Segunda Guerra Mundial con el llamamiento -exagerado para muchosde ingresar a las fuerzas armadas de su país. Para resumir la situación particular del jardinero de los MediasRojas de Boston fue convocado a las fuerzas armadas en tres ocasiones, en tanto que hubo muchos peloteros que no tuvieron ni siquiera una sola vez “qué suerte tiene el cubano” era una frase para señalar determinada propaganda en los años 40. Esos evasores voluntarios o no, el conflicto mundial no los perjudicó en lo más mínimo, mientras a Williams lo llamaban a filas, como ya dijimos en tres ocasiones.
Sin embargo el hombre se las arregló con su bate siempre amenazante para terminar en 1941 (perdón si nos equivocamos, pues estamos citando de memoria) bateando 400 plenos en el último juego de las Ligas Mayores. Ante esa perspectiva, consagratoria o no, Williams tenía en aquella fecha de participar en un doble juego, la posibilidad de terminar, bien por encima de los 400 que tenía o perder esa gloria bajando de los 400 de average para pasar inadvertido.
Él manager de los medias rojas de Boston le dijo minutos antes de comenzar aquel doble juego tan decisivo: “Ted, me doy cuenta de tu situación y te digo que si no quieres jugar este último juego que amenaza tu average de 400 clavados, bien puedes hacerlo, porque en eso te apoyo integralmente”. Williams no dudó un instante en anunciar su decisión, que era la de jugar ese doble juego pasara lo que pasara: o fallaba y se le venía abajo el average o lo aumentaba ligeramente ya que estaban en el último día de temporada.
Williams conectó tres o cuatro hits en aquel doble juego y su average finalizó para siempre con un clamoroso 406 o 407, que no podemos aseverarlo al finalizar esta crónica.
Es la última página brillante en bateo y la firmó uno de los más grandes bateadores que tiene el béisbol.
Ted Williams, ya retirado del béisbol y dinamitado su average total por la convocatoria a la que aludimos, se dedicó a examinar los averages más importantes de las Grandes Ligas y descubrió que los 714 jonrones de Baby Ruth, eran más valiosos que los averages -primero y segundo en la historia de las Grandes Ligas- conectados por Hank Aaron y Barry Bonds, puesto que Ruth logró esos 714 batazos de vuelta entera con menos turnos al bate que lo mostrado por Aaron y Bonds.
Una actividad que no lo conocían los peritos en average.