Accidente de avión de pasajeros en norte de México no deja muertos
En el aparato iban 97 pasajeros y 4 tripulantes.
DURANGO. Tras vivir momentos de pánico, un centenar de pasajeros resultaron ilesos o con heridas menores luego que el avión comercial en el que viajaban falló al despegar el martes del aeropuerto internacional de Durango, en el norte de México, y debió realizar un aterrizaje forzoso en campos aledaños.
Aproximadamente a las 15H00 locales, la nave de Aeroméxico se accidentó “al despegar del aeropuerto de Durango con destino a la Ciudad de México, se trasportaban 97 pasajeros a bordo y 4 tripulantes”, informó Gerardo Ruiz, secretario de Comunicaciones y Transportes, a través de Twitter.
El avión Embraer 190 intentó despegar en medio de un fuerte chubasco con granizo desde el aeropuer- to de Durango, capital del estado homónimo. Pero no logró la maniobra y tuvo que descender forzosamente, quedando a unos metros de la pista de la estación aérea, en medio de un terreno con maleza.
La nave, de color azul y blanco, yacía entre la hierba en medio de una espesa nube de humo gris, mientras algunas llamas aún ardían en su techo completamente calcinado.
“El fuego comenzó después del aterrizaje forzoso que realizan los pilotos, al parecer y afortunadamente no hay personas con quemaduras”, dijo Alejandro Cardoza, vocero de Protección Civil de Durango, a Milenio Televisión.
Un impresionante operativo de socorro y seguridad fue desplegado en la zona, con cientos de bomberos, paramédicos de la Cruz Roja, efectivos del ejército y agentes de la policía y Protección Civil.
“Se confirma que no hubo fallecidos en el accidente del vuelo #AM2431”, dijo el gobernador de Durango, José Rosas.
Muchos de los heridos pudieron salir por su propio pie de la nave y solo 49 continúan hospitalizados, dijo Rosas.
Jaqueline Flores, una de las supervivientes, cuenta temblorosa a la AFP los momentos de angustia que vivió al caer el avión.
La nave salió puntual. Entonces “iniciaron los motores, se sintió la fuerza del avión como para ya despegar, y mientras íbamos en la pista es que se va oscureciendo la visibilidad. Sí despegó, nos elevamos y empezamos a entrar entre las nubes y la tormenta” describe esta ama de casa de 47 años.
“Cuando íbamos ya arriba, yo sentí que iba a dar la vuelta para estabilizarse y ahí fue cuando se cayó”, cuenta.