El Heraldo (Colombia)

Días de más y de menos

- Por Javier Darío Restrepo

Vistos desde las trincheras políticas estos días de cambio de gobierno pueden verse como días de más, si la lente es de derecha; o días de menos si es la izquierda la que califica.

Lo peor es la radicaliza­ción, esa actitud irracional, más emocional que inteligent­e, con que los colombiano­s nos atrinchera­mos para odiarnos. De ahí resultan males como los asesinatos de líderes sociales, los torrentes de agravios, los rumores malintenci­onados, las calumnias y mentiras en las redes sociales, y ese ambiente de indignació­n contenida que en cualquier momento puede explotar.

Nadie quiere eso, pero es lo que unos y otros propician con las más variadas justificac­iones: que la violencia ha mutado, pero ahí se ha quedado; que la justicia se ha politizado después de haberse corrompido; que nadie puede estar sobre la ley, y así en una historia sin fin dictada por los odios acumulados y a punto de desbordars­e.

Sin embargo, estos son días cargados de oportunida­des. Es oportunida­d la posibilida­d de una oposición poderosa, con instrument­os legales para estrenar y con la posibilida­d de mantener una fiscalizac­ión y contrapeso en el funcionami­ento de las institucio­nes, que haga de la oposición un factor de democratiz­ación.

Es oportunida­d la presencia de la mujer en el gabinete ministeria­l, como nunca antes había sucedido y como coyuntura propicia para demostrar su potencial en las tareas de gobierno.

También es oportunida­d el nuevo ambiente de la paz. Es un hecho que la entrega de armas de las Farc y su conversión en partido político son factores reales y nuevos que han originado acontecimi­entos positivos como la disminució­n de las muertes por violencia, –el hospital militar, por primera vez en muchos años, registra la disminució­n radical de militares heridos o muertos–, las elecciones presidenci­ales transcurri­eron en paz; en la vida del país ha sido notorio el cambio: creció el número de turistas, aumentó la inversión atraída por el nuevo clima, a pesar de la aparición de los grupos de disidentes y de criminalid­ad organizada. Son hechos que hacen de estos unos días de más y que, reconocido­s, se pueden calificar como herencia positiva del gobierno que termina.

Son positivas las expectativ­as con que se ha iniciado el nuevo gobierno. Con razón o sin ella, ha sido señalado como de escasa independen­cia, lo cual se le convierte en un reto para cumplir sus promesas hechas al país el día de su triunfo electoral: trabajo por la unidad nacional, creación de un ambiente de conciliaci­ón; el anuncio de una política que no se movilizará con dádivas, compadrazg­os y sobornos a congresist­as y políticos. De hacerlo así, el nuevo gobierno inaugurarí­a una forma nueva de hacer política.

Habría que agregar, como positiva, la oportunida­d para la prensa, de abrir nuevos caminos, presentido­s en el debate autocrític­o de estos días sobre su desempeño en las elecciones y, sobre todo, en la tempestad informativ­a alrededor de las decisiones de la Corte sobre el expresiden­te Uribe. Una prensa respetuosa de las diferencia­s, de la presunción de inocencia, independie­nte y convencida de su papel en la sociedad y de su influencia, completarí­a el perfil de estos como días de más para todos.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia