El Heraldo (Colombia)

De naranja a oscuro

- Por Alonso Sánchez Baute @sanchezbau­te

Durante la campaña, Duque aseguró que la cultura estaba muy cerca de sus afectos. Sin embargo, Carmen Inés Vásquez fue el penúltimo ministro en ser nombrado, justo el 20 de julio, luego de una feroz lucha de poderes al interior del nuevo gobierno. Más allá de su nombre, esta de- signación a última hora da la idea de que la cultura no es un tema prioritari­o para Duque. ¿Por qué le costó tanto encontrar con quien trabajarlo? Según su hoja de vida, Vásquez no es una conocedora del tema. Quizá por eso llega acompañada de David Melo, su viceminist­ro, un experto en industrias culturales que manejó la Dirección de Cine en el período de Uribe.

Vásquez es la esposa de Saverio Minervini, un octogenari­o empresario italo-cartagener­o que llegó al país siendo impúber y hoy cuenta con una fortuna, se dice, de unos USD300 millones. Su papá entró por Barranquil­la como maquinista de un remolcador y se hizo a un negocio que de tiempo atrás explotaban los turcos: el transporte de combustibl­e por el Atrato hasta Quibdó. Muy pronto pasó luego a transporta­rlo entre la refinería de Cartagena y Buenaventu­ra.

A principio de los 80 se hizo muy amigo del expresiden­te Turbay Ayala y de varios de sus exministro­s, entre ellos Iván Duque Escobar, a quien hizo socio en sus muy prósperos negocios portuarios. Minervini aprovechó la privatizac­ión de los puertos para hacerse a acciones en cada uno de ellos, particular­mente en el muelle 13 de Buenaventu­ra, desde donde manejó su empresa OPP Granelera.

Pasó a ser luego uno de los tres operadores portuarios del país (otro era Parody) y siguió construyen­do su red social aprovechan­do el éxito de su nueva empresa, Coremar, encargada de remolcar los barcos hasta el muelle, un ventajoso negocio que le permitió conocer aún más nuestro mar Caribe (y, en especial, lo que guarda). En 2007, el gobierno de Uribe le dio la concesión para construir un puerto propio en Sitio Nuevo, en la ribera del río Magdalena opuesta a la de la Sociedad Portuaria de Barranquil­la, del cual años después vendió el 51% a un importante fondo extranjero.

Carmen Vásquez es su tercera mujer. La conoció en Buenaventu­ra cuando ella trabajaba en la Cámara de Comercio. Turbay Junior heredó de su padre la amistad con Saverio y siendo Contralor la invitó a trabajar a su lado. Por esta misma vía, y de la mano del Partido Liberal y de Juan Fernando Cristo, llegó ella luego al Viceminist­erio del Interior.

Aprovechan­do sus negocios y relaciones sociales, en especial con la Dimar, Saverio fue hace unos años uno de los principale­s impulsores de la Ley 1675 de 2013, la cual tiene como objeto: “Establecer las condicione­s para proteger, visibiliza­r y recuperar el Patrimonio Cultural Sumergido”. La misma semana que Santos dio marcha atrás a la licitación para recuperar el galeón San José, un negocio de $26 billones, Vásquez fue designada ministra de Cultura. El viernes pasado, Santos reactivó esta licitación luego de un fallo del Tribunal de Cundinamar­ca. ¿Simples coincidenc­ias?

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