Demasiado cinismo
Venezuela reclama a Colombia a uno de los supuestos autores del atentado contra Maduro, mientras mantiene encerrados desde hace casi dos años a 59 colombianos pese a que un juez considera ilegal la detención.
El gobierno de Venezuela, a través de su canciller Jorge Arreaza, ha pedido formalmente a Colombia iniciar el proceso de extradición contra el parlamentario y jefe opositor, Julio Borges. La sustentación de la solicitud diplomática es la presunta participación del asambleísta en el supuesto atentado del que fue objeto el presidente Maduro el pasado fin de semana.
A pesar de que la veracidad del hecho criminal por el cual se acusa a Borges es puesta en duda por propios y extraños, Maduro ha decidido recurrir a los acuerdos internacionales para conseguir su extradición; las autoridades colombianas, a su vez, deberán pronunciarse en sujeción a dichos acuerdos, que, entre otras cosas, le dan al Ejecutivo la última palabra sobre si ejecuta o no la extradición.
Lo mínimo que cabe decir de este episodio es que muestra el extraordinario cinismo del régimen de Maduro.
Solo desde la desfachatez, este puede reclamar a Colombia la entrega de un supuesto conspirador, al tiempo que mantiene encerrados desde hace casi dos años en Caracas a 59 colombianos, señalados en su día por una supuesta conspiración contra Maduro, sin que hasta la fecha haya una acusación formal contra ellos. Y pese a que un juez venezolano ordenó hace meses su liberación inmediata por considerar que la detención fue ilegal. La dramática situación de estos conciudadanos fue desatendida olímpicamente por el Gobierno Santos, que ni siquiera tuvo el coraje de elevar una nota de protesta contra Caracas por su arbitrariedad.
Su destino depende ahora de la voluntad que la administración del presidente Duque tenga en insistir en su repatriación. Lo cual no parece una posibilidad fácil si tenemos en cuenta que, de ahora en adelante, las relaciones entre ambos países pueden ser aún más complejas, si cabe, que antes. Antes siquiera de entrar a analizar la solicitud de extradición de Borges, el Gobierno colombiano debe exigir a Caracas que libere de inmediato a los 59 compatriotas presos, cuya liberación también han reclamado diversas organizaciones internacionales defensoras de los derechos humanos. Hay que dejarle bien claro a Maduro que no tiene ninguna autoridad moral para solicitar la entrega de un presunto autor de un supuesto atentado, mientras ignora los acuerdos internacionales, la justicia de su propio país y los derechos fundamentales en el caso de los colombianos presos. A ver si Duque logra frenar tanto cinismo.
Antes siquiera de entrar a revisar la solicitud de extradición de Borges, el Gobierno colombiano debe exigir a Caracas que libere a nuestros compatriotas.