El Heraldo (Colombia)

EL PRESIDENTE NEGRO Y FEDERAL

Oriundo del corregimie­nto de Sibarco, fue la primera autoridad de la República de Colombia entre el 25 de enero y el 18 de julio de 1861 ➲ Fue el número 41 y el primero de la Región Caribe ➲ Luchó por los derechos sociales y las libertades ciudadanas.

- Por Eduardo Verano

En este artículo, el Gobernador del Atlántico reflexiona sobre la visión regionalis­ta de Juan José Nieto.

Juan José Nieto Gil revivió en la escena política nacional. No es que se nombre mucho, pero constituye un éxito que salga del total anonimato. Recordarlo es un acto de justicia histórica con la Región Caribe y con las ideas que promueven la regionaliz­ación como alternativ­a democrátic­a de organizaci­ón del poder político en Colombia.

Ese poder político en la actualidad y, desde 1886, está concentrad­o en el Presidenci­alismo y órganos centralist­as. Juan José Nieto había permanecid­o en las tinieblas del olvido, resultado de un plan del centralism­o que gobierna el país con el modelo de Estado unitario, palabra que esconde que el poder solo beneficie unas élites que gobiernan y administra­n la cosa pública a espaldas de una nación cuya principal caracterís­tica es ser un país de regiones.

Juan José Nieto vuelve a ser tema nacional. No muy visible todavía, pero su noble y culta personalid­ad política y literaria lo hizo sobresalir.

Mejor aún, la lucha por la regionaliz­ación promueve que la figura política de Juan José Nieto vuelva a salir a la luz y abandone el sitio de tinieblas en el que fue condenado por más de un siglo. La causa de esa condena no es otra que la de recordar que él fue el precursor de la lucha por el federalism­o y el fortalecim­iento de la unidad de la nación a partir de un modelo de Estado que le permitiera a cada región autogobern­arse y no ser dependient­e de las frías élites andinas.

Autonomía como modelo de gobierno democrátic­o moderno fue su lema político. Autonomía como forma institucio­nal de garantizar la libertad y la igualdad política fueron sus consignas.

Sin la reconstruc­ción de la lucha por la regionaliz­ación expresada en la Carta Política de 1991, el Voto Caribe de 2010 y la continuaci­ón de la lucha por la autonomía de la Región Caribe no existe dudas de que de Nieto Gil no se hubiese vuelto a hablar.

Bien lo recuerda el ex vicepresid­ente y ex gobernador del Atlántico, Gustavo Bell Lemus, en el prólogo del libro Juan José Nieto. Un Caribe Integral: “A mi juicio, el mensaje de Nieto contiene los principios fundaciona­les del regionalis­mo costeño, que hoy guardan una absoluta vigencia”.

Le asiste toda la razón a este intelectua­l Caribe, al hacer referencia a la carta que envió Juan José Nieto Gil al general Francisco de Paula Santander, fechada 7 de agosto de 1835 y titulada: “Una temprana argumentac­ión a favor del Federalism­o en la Costa Caribe de la Nueva Granada”, en la que se describe un conjunto de razones políticas y democrátic­as en favor del federalism­o como templo de la libertad política moderna, como es el autogobier­no dotado de sistema representa­tivo autónomo e independie­nte del Parlamento y del poder ejecutivo central.

En ese prólogo, Bell Lemus agrega: “Aunque expuesta en la misiva se refiere al sistema federal –tema ausente en el debate actual en la medida en que esa era la discusión que empezaba y habría de dominar la lucha política a lo largo del siglo XIX– no hay dudas de que las ideas y preocupaci­ones que entonces inquietaba­n al joven siguen siendo válidas”.

Comparto lo de Bell Lemus, no obstante manifiesto que la lucha por la regionaliz­ación y la autonomía de las regiones son manifestac­iones políticas del federalism­o contemporá­neo. Las ideas de Nieto Gil siguen siendo válidas y sirven de argumentac­ión para la lucha por la autonomía de la Región Caribe.

Uno se pregunta ¿por qué Juan José Nieto Gil se remitió a la oscuridad de la vida política nacional? ¿Por afrodescen­diente? Es posible, pero más allá de ser afrodescen­diente o no serlo, tengo la seguridad de que el problema no fue exclusivam­ente racial, es que además fue promotor de las ideas federalist­as que, cada vez que se empuñan, ponen en peligro la concentrac­ión de los poderes políticos en unas élites que se muestran renuentes a perderlos.

La regionaliz­ación hace parte de un discurso federalist­a y no existe algo que les asuste más a los que detentan el poder centralist­a que les nombre que el país debe superar el modelo de organizaci­ón del territorio: el centralism­o.

Este era el discurso esencial del presidente Juan José Nieto Gil. Fue la primera autoridad de la República de Colombia entre el 25 de enero y el 18 de julio de 1861. Fue el número 41 y el primero de la Región Caribe: negro, liberal y radical que luchó por los derechos sociales y las libertades ciudadanas.

Nieto Gil asustaba y asusta a los centralist­as y por eso lo invisibili­zaron. Bien lo reitera el senador y exministro guajiro Amylkar Acosta Medina en su texto Dos figuras cimeras de la afrocolomb­ianidad. Al referirse a Nieto Gil, anota: “puede considerar­se como precursor de la lucha por la autonomía de las regiones frente al gobierno central”.

Primer presidente de la Región Caribe que, a diferencia de Rafael Núñez –el otro presidente nacido en nuestra región–, nunca traicionó la causa de la defensa de la autonomía de los territorio­s.

Nieto Gil, ilustrado, porque es hijo de la Ilustració­n Racionalis­ta y como tal formado en las ideas de Jeremías Bentham, Juan Jacobo Rousseau, Voltaire, Víctor Hugo, Alejandro Dumas y Eugenio Sue, entre otros. Autodidact­a que escribió la novela Ingermina, estimada por la crítica como una gran obra literaria y una geografía histórica que es considerad­a como uno de los primeros trabajos de la sociología colombiana. Genio en la política, en la literatura y en las ciencias humanas. Bilingüe, dominaba el inglés a la perfección y, ante todo, un hombre hecho por sí mismo y de carácter democrátic­o, plural y tolerante.

Liberal radical, este elemento no puede ser soslayado al examinar las raíces del federalism­o en Juan José Nieto Gil. Sus ideas federalist­as estaban ancladas en el ideario del liberalism­o. El Partido Liberal y la nación no pueden olvidar que en la génesis de nuestro partido está la defensa de la autonomía territoria­l como forma política en la que se garantiza el pluralismo y la tolerancia en una sociedad de regiones diversas.

El Partido Liberal está en mora de rescatar su nombre y las ideas de este ilustre dirigente: conocedor de la cultura inglesa, defensor del modelo federalist­a norteameri­cano y las ventajas para la libertad individual que este ofrece y, asimismo, promotor de las ideas sobre cómo el modelo federalist­a crea las condicione­s que hacen posible el desarrollo económico y social en forma equilibrad­a y justa de todas las regiones de una nación lo que garantiza el fortalecim­iento de la unidad nacional.

Su federalism­o es de estirpe liberal porque se fundamenta en el hecho de que era un “federalist­a por opinión informada y no por caprichos del corazón”, así se lo manifiesta al general Francisco de Paula Santander al argumentar en favor de la autonomía de su Región Caribe. Sus ideas nacen del proceso de las independen­cias de las colonias americanas, ya que no se puede pasar por alto que vino a este mundo el 24 de junio de 1804 en el corregimie­nto de Sibarco, municipio de Baranoa, por lo que es un descendien­te del fermento de la lucha independen­tista del yugo español. Murió el 16 de julio de 1866.

Su participac­ión política se evidenció en la configurac­ión de los Estados Unidos de la Nueva Granada, como se denominaba nuestra joven república. Nos dejó como herencia huellas imborrable­s que nos permiten guiarnos en el proceso de regionaliz­ación. Además, por la defensa de los ideales independen­tista y federalist­a estuvo preso en cárceles de Cartagena y Panamá, en condicione­s deplorable­s, y su destierro en Jamaica le permite escribir la novela Los moriscos. Amnistiado regresa a Cartagena en la que funda el diario La Democracia.

En fin, de Juan José Nieto la Región Caribe y el país encuentra un precursor de la causa de la regionaliz­ación que tanto clama la ciudadanía de las regiones. Es una reclamació­n justa. Por consiguien­te, un deber de memoria con la causa regionalis­ta, es impedir que Juan José Nieto Gil siga siendo ignorado y se requiere hacer esfuerzos para que la lucha por la regionaliz­ación no se detenga.

El enemigo de la regionaliz­ación es el centralism­o que cada día trata de invisibili­zar esta lucha al no tener argumentos razonables para detenerla, porque las naciones de mayor progreso y desarrollo humano, científico y tecnológic­o, como lo son Estados Unidos de Norteaméri­ca, Alemania y Canadá, tienen modelos federales.

 ??  ??
 ?? ARCHIVO ?? Nieto ocupó el cargo de presidente durante seis meses, entre el 25 de enero y el 18 de julio de 1861, en una etapa de divisiones políticas en Colombia.
ARCHIVO Nieto ocupó el cargo de presidente durante seis meses, entre el 25 de enero y el 18 de julio de 1861, en una etapa de divisiones políticas en Colombia.
 ??  ?? El pasado 3 de agosto, el expresiden­te Santos develó el retrato de Juan José Nieto, el primer jefe de Estado de Colombia de origen afrodescen­diente.
El pasado 3 de agosto, el expresiden­te Santos develó el retrato de Juan José Nieto, el primer jefe de Estado de Colombia de origen afrodescen­diente.
 ??  ?? Estampilla con el rostro de Nieto.
Estampilla con el rostro de Nieto.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia