Construir el Caribe
Es una buena noticia que las universidades se impliquen a fondo en la urgente reflexión sobre nuestro proyecto común regional, en un momento en que la Costa necesita sacudirse del opresivo centralismo.
Desde hace algún tiempo se viene agitando en la Costa un interesante debate sobre el liderazgo regional. Y muy en concreto, sobre el escaso peso que tiene el Caribe en los núcleos centrales del poder nacional. En marzo de 2017, EL HERALDO convocó en sus instalaciones una Tertulia con algunos de los más influyentes dirigentes empresariales y cívicos de la región, en la que el entonces codirector del Banco de la República, Adolfo Meisel, expuso un estudio de su autoría denominado ‘El liderazgo y el futuro del Caribe colombiano’. La divulgación del estudio, en el que Meisel hace un bien documentado diagnóstico sobre el inquietante déficit de representación costeña en los laberintos del poder de Bogotá, tuvo un impacto enorme y reavivó la discusión en torno a un tema de importancia extrema para el futuro de nuestra región.
El lunes pasado, esta vez desde su cargo de rector de la Universidad del Norte, Meisel tuvo la oportuna idea de exponer ante la comunidad estudiantil su estudio, que ya se ha convertido en un texto de referencia. Pero quizá lo más destacado de esa cita fueron dos anuncios hechos por el rector: la próxima apertura de un programa de liderazgo caribe y la creación de un centro de pensamiento para que los profesionales debatan los grandes temas de la región.
Estas iniciativas son de suma trascendencia para los costeños, en un momento en que el Caribe necesita sacudirse del opresivo centralismo que sigue condicionando nuestro destino regional. Temas como el de Electricaribe, por no ir más lejos, ponen de manifiesto la apremiante necesidad que tenemos de unos liderazgos políticos y empresariales más influyentes, más comprometidos con estrategias de dimensión caribe y más eficaces en la acción política. Las voces aisladas de mandatarios o congresistas –que en algunas ocasiones actúan por mero oportunismo– no tienen ningún efecto práctico. Lo que urge es tejer una estrategia regional seria, disciplinada e inteligente para que la Costa se haga sentir en los centros del poder de la meseta. Saludamos, pues, con vivo entusiasmo, los anuncios hechos por Meisel. Del mismo modo que, en noviembre pasado, expresamos nuestro respaldo entusiasta al rector de la Universidad Simón Bolívar, José Consuegra, cuando puso en marcha la Academia de Estudios del Caribe, que, si bien tiene como foco la totalidad del ámbito geográfico del Caribe, nos ayudará a entendernos mejor como costeños.
Es una excelente noticia que la academia se implique de este modo en los esfuerzos para construir región.
Temas como Electricaribe ponen de manifiesto la apremiante necesidad que tenemos de unos liderazgos políticos y empresariales más influyentes y más comprometidos con estrategias de dimensión regional.