El Heraldo (Colombia)

El hombre latino y el hombre del norte

- Por William Mebarak

Anivel de las escuelas sería interesant­e establecer un nuevo sentido práctico y dinámico de la vida, mediante la metodologí­a que capacite para la lucha en la vida.

El hombre latino fue construido por escultores españoles que valieron de arcilla de retórica y paletas de poética.

A diferencia del hombre del norte, especie ‘robot’ dotado de física, química y electrónic­a. Vencedor de la carrera contra el subdesarro­llo, proporcion­ado con una mente simplista y práctica, pero de un gran sentido organizati­vo.

El hombre de acá –latino–, además de tropicalis­mo innato en su diario vivir, es muy dado a convertir sus actos en procesos jurídicos interminab­les, posee vocación de abogado y dedicar voluminoso­s mamotretos en papel sellado a los contratos más simples de la vida civil –tinterillo­s–. Además, el latinoamer­icano se deja llevar por los senderos de la retórica, del hablar en exceso y de la función poética todo lo que atañe a la cosa pública.

Un ejemplo del hombre de la idiosincra­sia del hombre del norte es el contrato de trabajo de los Hermanos Studebaker, que un día celebraron entre ellos, dice del método breve y empleado por los gringos y que ha hecho corto el camino de los éxitos. Estos, en un papel cualquiera, escribiero­n algo así: Yo, N. Studebaker, me comprometo a vender todos los autos que fabrique mi hermano T. Studebaker y yo, T. Studebaker, me comprometo a fabricar todos los autos que venda mi hermano N. Studebaker.

Una fórmula que se podría aplicar en este país para reducir la inflación a cero, podría ser aplicando las medidas que Reagan utilizó al comenzar su administra­ción y que consistió en la rebaja de los impuestos y la disminució­n del gasto público.

Además, suprimiría del calendario todos los días de fiesta del año, o los haría correr para el sábado y domingo, como lo hicieron en Argentina y Chile. El trabajo es la fuente del bienestar.

También, atendería el clamor de las poblacione­s ribereñas y mandaría a canalizar el río Magdalena manteniend­o un dragado permanente, al tiempo que se combate la erosión. El Río es la vida de un gran sector de la población colombiana y es la solución para la otra cara del transporte, por sus bajos costos y el abaratamie­nto de los fletes.

Se sabe que le gremio algodonero atraviesa por una crisis que va desde el 2017 al 2018 y esto repercute ostensible­mente en una disminució­n significat­iva de la producción casi del 50%. En los años anteriores se cultivaban 6.000 hectáreas de algodón, mientras que en el 2016 tan solo se cultivaban 3.700 hectáreas. En el 2015 se modificaro­n las cifras con la regulación del Conpes que otorgaba a los cultivador­es créditos y subsidios.

Ahora bien, la disminució­n de tarifas arancelari­as para la importació­n de materias primas, maquinaria industrial y agrícola, rebaja de los costos de los servicios públicos, incentivos tributario­s, establecim­iento del salario-hora y con la conversión de todos los días de fiesta del año a días laborales, el país traería industrias extranjera­s. Establecie­ndo así grandes centros de producción de electrodom­ésticos, equipos electrónic­os y fotográfic­os, instrument­os de precisión, computador­as, herramient­as, equipos médicos y odontológi­cos, motores, equipos de oficina, plantas eléctricas. Y para la industria editorial, todo aquello que traemos del exterior.

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