El Heraldo (Colombia)

Fútbol chino, campeón mundial de sanciones

La Federación de balompié del gigante asiático es bastante drástica a la hora de imponer castigos y no tolera quejas contra el arbitraje.

- Por Peter Stebbings

SHANGHAI, CHINA. Largas suspension­es, fuertes multas... En China, la Federación de fútbol es una de las más implacable­s del mundo cuando se trata de sancionar a jugadores y entrenador­es, dentro y fuera de los terrenos de juego.

¿Dar una patada a una botella de agua debido a un enfado? Esto cuesta 1.900 euros y tres partidos de suspensión. ¿Usar un colgante jugando con la selección de China? Acarrea una exclusión de la selección por 12 meses. ¿Criticar a un árbitro? La multa es de 2.600 euros y dos encuentros de sanción.

Consciente del interés creciente en el mundo por el fútbol chino, la federación (CFA) se esfuerza en sancionar duramente comportami­entos que estima susceptibl­es de dañar la imagen del país.

El presidente chino Xi Jinping manifestó hace algunos años su esperanza de que el fútbol nacional pudiese algún día rivalizar con los mejores del mundo.

Pero cuando los clubes han reaccionad­o exageradam­ente y empezado a abonar cifras de locura para fichar y pagar a sus estrellas extranjera­s, la CFA tomó cartas en el asunto, imponiendo el pasado año techos de gasto para evitar montos irracional­es.

Para Ji Zhe, experto en el fútbol chino, el brote del número de sanciones y reglamento­s revela sobre todo “una falta de coherencia y de transparen­cia”.

‘MATAR UN POLLO’. “La severidad de las suspension­es puede ser un medio para la CFA (...) de reforzar su control sobre el fútbol”, juzga Ji, director en Londres del gabinete de marketing deportivo Red Lantern, especializ­ado en China.

“Y de aplicar el proverbio chino que dice que hace falta ‘matar un pollo para asustar al mono’”. Es decir: brindar ejemplos para disuadir todo comportami­ento desviado.

Los jugadores y entrenador­es extranjero­s, quienes han contribuid­o a la visibilida­d mundial de la Super League (1ª división Instagram defendiend­o a Óscar: “Una carrera de 355 partidos; 5 años en la Premier League inglesa; 47 convocator­ias con Brasil; 70 goles. CERO TARJETAS ROJAS!!! Y 8 partidos de suspensión”.

¿RACISMO?. Villas-Boas fue suspendido luego por ocho encuentros por haber criticado un árbitro.

El portugués sólo pasó una temporada en China, abandonand­o el país en noviembre de 2017. Las repetidas sanciones habrían sido una de las principale­s razones de su marcha. La Federación china volvió a ser noticia la semana pasada tras haber suspendido por seis partidos a Zhang Li, jugador del Changchun Yatai, por haber “perturbado el buen desarrollo” de un encuentro del campeonato y provocado “repercusio­nes sociales negativas”.

El futbolista fue acusado de haber dirigido un insulto racista al internacio­nal senegalés Demba Ba (exChelsea) del Shanghai Shenhua. Un fuerte altercado entre los dos jugadores generó un inicio de pelea general.

Pero el comunicado de la CFA no meciona ningún insulto, lo que suscitó la peplejidad de los internauta­s. ¿Por qué una sanción así de dura si el racismo no está probado?

Según Ji Zhe, del gabinete Red Lantert, este frenesí disciplina­rio es “una señal de que el reglamento no es tan exhaustivo como debería ser”.

“Tenemos la impresión de que tienen una comisión disciplina­ria que trata los casos individual­mente e impone sanciones de acuerdo con sus caprichos”.

Contactada por la AFP, la federación rechazó realizar cualquier comentario.

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