Detrás de las colinas
Donde los secretos familiares encuentran refugio.
Detrás de las Colinas, extraña película de Eran Kolirin nominada al premio Una cierta Mirada en el Festival de Cannes de 2016, hace homenaje a una de las artistas mas reconocidas del cine israelí, Ronit Elkabetz, fallecida el mismo año de la realización de este filme. Elkabetz hizo parte del elenco de La Visita de la Banda (2007), la película mas aclamada de este director.
La historia se centra en la familia Greenbaum, cuyo padre, David (Alon Pdut), acaba de regresar a la vida civil después de 27 años dedicado al servicio militar. Este hecho le representa muchas contradicciones, tanto desde el punto de vista ideológico como económico y social; se dedica a hacer ventas a domicilio de productos dietéticos y se apoya en charlas de autoayuda que le representan muy poco ante sus expectativas.
Aunque desea ser un padre de familia exitoso, no es fácil integrarse al medio, y haber estado recluido por tanto tiempo bajo el amparo de una institución, no le ha favorecido en el desarrollo de las habilidades necesarias para funcionar en el medio. Además, el país que encuentra no es el mismo que dejó; el idealismo se ha disipado, y hacer dinero parece ser lo primordial.
Pero la crueldad del mundo de los negocios no es lo único que David debe confrontar. También dentro de su núcleo familiar se ha convertido en un extraño. Sus hijos adolescentes se encuentran inmiscuidos en sus propios asuntos: Yifat (la extraordinaria Mili Eshet) es idealista e intenta apoyar y unirse a la causa palestina, y su hermano Omri (Noam Imber) es resentido, y enfrenta problemas de violencia. La madre, Rina (Shiree Nadav-Naor), trabaja como profesora en un cole- gio, y busca sus propios mecanismos de escape, no necesariamente los más acertados.
Dentro de ese escenario de incomunicación, las colinas parecen ser las únicas capaces de absorber secretos y amparar desprotegidos, sea la familia Greenbaum o los trabajadores palestinos del otro lado, con los cuales tanto el padre como su hija se involucran.
Aunque el tema central no sea el conflicto árabeisraelí, éste no puede dejar de sentar presencia. La tensión que produce en el día a día de los habitantes de este diminuto país es demasiado fuerte para ignorarla, y la película lo inmiscuye en dosis adecuadas, para dejarnos entender que es el tejido subyacente que conforma su psicología social. Y aunque existan buenas intenciones como las de Yifat, es poco lo que se puede lograr.
La desesperanza prima, y el director es hábil para compenetrarnos con la esencia de los personajes, cuya situación resulta muy universal. Se puede aplicar a todo aquel que ha estado fuera de su entorno y regresa, o a todo quien ha funcionado bajo órdenes y de repente debe tomar decisiones propias. Pero a pesar de todos los puntos que toca, la cinta no tuvo el éxito de la anterior, tal vez porque las expectativas eran muchas, o porque el contexto se torna cada vez más pesimista.