El Heraldo (Colombia)

Las mariposas amarillas siguen volando entre Riohacha y Barranquil­la

La escultura sigue generando controvers­ia entre dos artistas que llegaron hasta los estrados judiciales para definir si es un plagio o no.

- Por Sandra Guerrero B.

Nuestro Nobel de Literatura Gabriel García Márquez pudiera escribir un libro sobre la controvers­ia suscitada por la escultura de aquellas mariposas amarillas que revoloteab­an sobre la cabeza de Mauricio Babilonia, personaje secundario de su libro Cien años de soledad.

Para el escritor colombiano, el amarillo y sobre todo las mariposas siempre hicieron parte de la simbología de su vida, pero así como en el realismo mágico de su obra, ahora estas se encuentran volando entre dos ciudades del Caribe colombiano.

La historia del conflicto comenzó en junio de 2015, cuando la artista guajira Johanna Cerchar Henao aseguró que la escultura Mariposas Amarillas de Mauricio Babilonia, en homenaje a Gabriel García Márquez, ubicada en la carrera 46 con vía 40 en Barranquil­la, es de su autoría y no del arquitecto Henry Alviar, quien la presentó como suya en abril de ese año.

Según Cerchar, desde el 2012 comenzó a trabajar en la obra elaborando unos bocetos que le entregó a Alviar para que le realizara los cortes en láser, con el fin de proponerla ante las autoridade­s culturales de La Guajira.

El 7 de agosto de ese año registró la obra en la Notaría Segunda de Riohacha, pero tuvo que dejar el proyecto a media marcha por circuns- tancias que se presentaro­n en su vida, entre las que estaba una enfermedad que la mantuvo alejada de la actividad artística.

“Sin embargo, siempre estuve en contacto con el arquitecto Alviar a través de llamadas telefónica­s y correos electrónic­os en los que le explicaba los detalles del trabajo que quería, sin saber que estaba arriesgand­o mi obra más preciada”, explicó en diálogo con este medio.

Dos años después, cuando retomó su actividad, comenzó a hacer gestiones para que la obra estuviera en Riohacha como una retribució­n a Gabo, quien plasmó el territorio guajiro y su gente en varias de sus obras.

Sin embargo, su sorpresa fue grande cuando vio la escultura en los medios de comunicaci­ón, que registraro­n el acto de inauguraci­ón de la obra, en los que se destacaba el talento del arquitecto Henry Alviar como autor de la misma.

En su defensa, el arquitecto Alviar aseguró en esa oportunida­d que había realizado un diseño para Johanna basado en mariposas sobre una fuente de agua, trabajo por el cual le pagó, pero que su trabajo con las mariposas amarillas tenía más de cinco años y poseía todos los registros legales que soportaban eso.

Ninguno de los dos artistas cedió en su derecho de autor y fue Johanna quien decidió que esto se debía llevar a la justicia e inició acciones jurídicas en contra de Alviar.

La artista asegura que todo el proceso ha afectado su vida profesiona­l, su vida familiar y hasta su salud. “Yo estoy segura de que el fallo será a mi favor, espero en Dios que así será porque yo no estoy mintiendo”. Ella tuvo un aliciente y fue que en enero de 2016 pudo lograr su sueño de que su obra Mariposas Amarillas de Mauricio Babilonia se instalara en Riohacha, como siempre había querido. La escultura se encuentra en el parque Nicolás de Federmán de esta capital, con el apoyo de la administra­ción distrital.

EL HERALDO quiso hablar con Henry Alviar, pero afirmó que solo lo haría después de conocer el fallo. SEGÚN LOS PERITOS. Tres años después de que los dos artistas expusieran sus argumentos a EL HERALDO, lo han tenido que hacer ante un juez al que han debido presentarl­es sus pruebas y llevar cada uno un experto con el fin de convencerl­o de que la obra es de su autoría.

Johanna Cerchar afirma que el proceso se ha extendido porque se han agotado varias instancias, hasta que por fin el pasado 30 de agosto se presentaro­n los alegatos finales, por lo que solo están a la espera de la decisión que dictará el juez antes de finalizar el 2018.

Este medio conoció el informe de los peritos que presentaro­n cada uno de los artistas como pruebas para demostrar la autoría de la escultura llamada por Johanna como Mariposas amarillas de Mauricio Babilonia, y por Henry como Mariposas amarillas de Gabo. La artista guajira, sin embargo, asegura que Henry le puso inicialmen­te el nombre que ella había escogido y lo cambió en el curso de la demanda.

Los expertos aportados por Johanna Cerchar son Ixaka Garate y Óscar Morant, de la empresa Global Art Classic, experta en tasación judicial de obras de arte y antigüedad­es, inscrita en la Asociación de Peritos Judiciales del Reino de España hace 20 años.

Según el informe de ellos, “la clave que concluye el plagio de esta obra está en la concepción o creación de la idea, ya que la misma es la que da la originalid­ad. Explicado de un modo más sencillo: la persona que bajo una inspiració­n crea o plasma una obra y lo expresa en un boceto o en cualquier soporte es la creadora original”.

Agregan que son conceptos quizás técnicos, pero muy sencillos de entender. “La inspiració­n es el modo único y autentico que cada ser tiene de interpreta­r, percibir o plasmar una idea, un estímulo o incluso la vida misma; cada persona tiene su propia inspiració­n y es lo que lo convierte en único y singular”, expresaron.

Los peritos explicaron que en este caso les presentaro­n un boceto que analizaron bajo criterios puramente artísticos, es decir el trazo, la estética, el historial y la tendencia artística de la supuesta creadora.

“Todo esto nos determinó que la obra era una clara ejecución de ese boceto, y, por tanto, nos encontramo­s ante un caso de plagio”, sentenciar­on.

Indican además que su experienci­a en atribuir autorías a obras de arte, es decir, en buscar y atribuir autores de obras de arte no firmadas, que fueron creadas hace siglos o incluso miles de años, les permitió determinar que efectivame­nte los bocetos eran originales a la autora creadora de la idea de la obra Mariposas Amarillas de Mauricio Babilonia.

El perito presentado por Henry Alviar fue Néstor Guillermo Martínez Celis, artista visual y curador de artes plásticas de la Universida­d del Atlántico. En sus conclusion­es afirma que “esta es una obra original, única, creación libre e independie­nte que responde a la absoluta autoría del señor Henry Alviar”.

Asegura que a través del estudio que hizo, la obra artística no posee caracterís­ticas de dependenci­a, copia o plagio con ninguna obra artística conocida o por conocer.

“Las coincidenc­ias y similitude­s en algún aspecto formal, cromático o de otro orden estético que se puedan presentar en relación con otras obras de otros autores, inclusive del mismo Alviar, correspond­en a fenómenos culturales de una época contemporá­nea de mane- jos colectivos de íconos en la esfera pública o al interaccio­nismo simbólico propios del ser social que se pueden asumir como inter-influencia­s estéticas, las cuales no afectan el carácter original y único de la pieza”, explica en el documento.

En el estudio pericial que hace hay una comparació­n de la obra de Leonardo Davinci, del cual dice no demandó a uno de sus aprendices por hacer una réplica de la Mona Lisa.

Ante esto, los peritos de la artista guajira explicaron que en la antigüedad, donde por supuesto no había internet y los medios de comunicaci­ón eran realmente escasos o inexistent­es, el único modo para aprender cualquier disciplina artística era mediante el seguimient­o a los entonces considerad­os maestros artísticos.

“Eran unos pocos afortunado­s discípulos los que tenían la oportunida­d de pagar importante­s cantidades de dinero para ingresar a los talleres de los maestros y quienes tenían acceso a sus obras que versionaba­n o interpreta­ban. Estas versiones de obras nunca se considerar­on plagios, de hecho nunca iban firmadas, y fueron el origen de las famosas corrientes, tendencias culturales o incluso creaban escuela de la época”, explicaron.

Por eso considerar­on que en este contexto el intento de la contrapart­e en asemejar o comparar las tendencias de una época a lo sucedido en este caso no procede.

“El creador de la escultura Mariposas Amarillas firma y da autoría a una obra cuya inspiració­n y creación no es original suya, atendiendo a los estudios técnicos artísticos aplicados sobre las evidencias presentada­s como pruebas”, aseguraron.

Johanna dijo que nunca fue aprendiz, ni alumna de Henry. “Lo contraté como cortador y arquitecto”.

Solo resta esperar que el juez que lleva el caso decida cuál de los argumentos es el más sólido para determinar la autoría de esta obra inspirada en la novela cumbre de Gabriel García Márquez.

Ninguno de los dos artistas cedió en su derecho de autor y fue Johanna quien decidió que esto se debía llevar a la justicia.

“Todo esto nos determinó que la escultura era una clara ejecución de ese boceto y por tanto, nos encontramo­s ante un caso de plagio”

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CÉSAR BOLÍVAR La escultura ‘Mariposas Amarillas’, que rinde un homenaje a Gabriel García Márquez, está ubicada en la carrera 46 con vía 40.
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Henry Alviar
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Johanna Cerchar

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