Vencimiento de términos
Comerciantes y transportadores del suroriente temen una nueva ola de extorsiones y amenazas tras la liberación de miembros de la banda ‘Los 40 Negritos’. De nuevo, la Justicia no actuó en los plazos debidos.
En más de una ocasión nos hemos tenido que referir en este espacio editorial a los retos que afronta Barranquilla en materia de seguridad. No es para menos: una sociedad no es verdaderamente libre si sus miembros se sienten sometidos a amenazas que les impiden disfrutar de sus derechos más elementales. Y en nuestra ciudad, al igual que en otras capitales del país, esas amenazas son, lamentablemente, persistentes. La seguridad es un bien que depende de diversos factores, y la forma de garantizarla también responde a un entramado de elementos, que van desde el desarrollo de políticas sociales y la educación en el seno de los hogares, hasta las medidas coercitivas y punitivas, como la acción policial y la acción de la justicia. Si alguno de esos elementos falla, el andamiaje entero cojea. Es lo que está ocurriendo, con mucha más frecuencia de lo deseable, con la liberación de peligrosos delincuentes por vencimiento de términos. Tal como informó EL HERALDO en su edición de ayer, cinco integrantes de la tenebrosa banda ‘Los 40 Negritos’ salieron de prisión porque se agotó el plazo para someterlos a juicio. El hecho de que seguirán vinculados al caso en calidad de procesados no supone ningún alivio: estamos hablando de una organización criminal que impone desde hace años su régimen de terror en el suroriente de la ciudad. Que les pregunten a los comerciantes y transportadores de Simón Bolívar y El Ferry qué sienten al enterarse de que ocho delincuentes ya están de nuevo en la calle. Y de que es alta la probabilidad de que la pareja del cabecilla de la organización también quede libre en los próximos días por vencimiento de términos. Un tendero consultado por este diario lo respondió con escalofriante claridad: “Los integrantes de la banda me cobraban entre 50 mil y 100 mil pesos semanales por lo que llamaban vigilancia. Si yo no los daba, me amenazaban de muerte. Eso se calmó, pero ahora volverán con esa salida de la cárcel”. Algo hay que hacer con urgencia para que esto cambie. Se requiere una intervención a fondo en el aparato judicial para restringir a los criminales, al menos los de alta peligrosidad, los márgenes de acción para seguir haciendo daño. No podemos permitir como sociedad que bandas de delincuentes atemoricen a amplios sectores de la población, a personas que cada día se esfuerzan por ganar el sustento.
¿Por qué se produce el vencimiento de términos? ¿Por debilidades en las investigaciones policiales? ¿Por desidia de los jueces? ¿Por falta de recursos en los juzgados? Que lo resuelvan las autoridades. Los ciudadanos lo que quieren son soluciones que les permitan vivir sin miedo.
Las autoridades deben resolver de una vez por todas estos fallos en el engranaje judicial. Los ciudadanos lo que quieren son soluciones que les permitan vivir sin miedo.