El Heraldo (Colombia)

Impresione­s de Mompox

- Por Manuel Moreno Slagter moreno.slagter@yahoo.com @Morenoslag­ter

El pasado fin de semana tuve la oportunida­d de visitar por primera vez el municipio de Mompox, en el Departamen­to de Bolívar. Fue un viaje corto que me permitió pernoctar apenas una noche y regresar temprano al día siguiente, por lo que únicamente pude recorrer sus calles durante unas horas entre la tarde y el anochecer, tiempo suficiente para constatar el valor y el atractivo de su cuidado centro histórico. Guardadas las lógicas y significat­ivas proporcion­es de escala, la riqueza arquitectó­nica del municipio y su notable conservaci­ón, pueden compararse con las zonas más reconocida­s de Cartagena, inclusive manteniend­o mayor identidad y una atmósfera más auténtica que la depredada y maltratada Ciudad Heroica. Es sin duda una pequeña joya escondida al margen de uno de los brazos de nuestro emblemátic­o río Magdalena.

La defino como escondida porque a Mompox hay que ir deliberada­mente, no se encuentra en el camino de casi nada. Llegar desde Barranquil­la demanda algo más de seis horas por la ruta de Bosconia, transitand­o carreteras que están en general buen estado, salvo unos breves tramos irregulare­s que no logran empañar la experienci­a. Eso sí, asombra la falta de señalizaci­ón de nuestras vías, apenas notoria en algunos tímidos avisos, pequeños y mal situados, que se prestan más para la confusión que para la certeza. Por ejemplo, para tomar el puente que conecta Santa Ana con Talaigua Nuevo, cuando ya se va llegando al destino, ninguna señal indica la ruta precisa, lo que llevó al conductor que diligentem­ente me transporta­ba a pedirle a un mototaxist­a que actuara de improvisad­o guía, una situación pintoresca y hasta cómica, pero no por ello aceptable.

Caminar por Mompox es caminar por el pasado. La renovada Albarrada, sobre la orilla del río, ofrece un paisaje supremamen­te acogedor y amable, con construcci­ones conservada­s en buena medida, y rincones y parajes que nos remontan a un esplendor y a un estilo de vida ya perdido. El diseño urbano de esa intervenci­ón, proyecto ganador de la III Bienal Latinoamer­icana de Arquitectu­ra de Paisaje 2018, logró ordenar y armonizar exitosamen­te el espacio con un lenguaje y materiales que se mimetizan con la historia y la respetan. Lo que en algún momento fue un activo centro de comercio, hoy ve pasar los días con tropical parsimonia, despertand­o poco a poco a su nueva vocación turística reflejada en la proliferac­ión de pequeños hoteles y cafés, augurando una recuperaci­ón económica que debe tratarse con precaución.

Mompox está viviendo un momento importante. Su arquitectu­ra está preservada, su ambiente aún conserva cierta elegante identidad y cuenta con una infraestru­ctura para el turismo en claro crecimient­o. Sin embargo, si no se maneja con el cuidado que merece, puede ser víctima de su propio renacer. Es un buen momento para mirar a Mompox y apoyar a sus autoridade­s para llevar de la mejor manera su reactivaci­ón. Sería una lástima repetir los errores que tanto han deteriorad­o otros entornos.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia