Los punos de Alex Theran
El pegador barranquillero, de 27 años, regresará al cuadrilátero el viernes 5 de octubre en EEUU luego de una inactividad de dos años. sobrevivieron por su madre y el mototaxismo
Sus pasos quedan retratados en la arena. Lleva cinco vueltas, a ritmo abrumador y el sudor impregna su chaqueta azul. El cielo grisáceo, protagonista en la cancha de fútbol del barrio La Magdalena, contrasta con la claridad que exhibe su mirada. Álex Therán, ‘El Príncipe’, retornará al cuadrilátero el próximo viernes en Estados Unidos ante el bosnio Radivoje Kalajdzic. El domingo pasado, el excelso púgil barranquillero, dueño de una zurda mortal, cumplió dos años sin pisar la lona.
Saluda a Miguel Ángel ‘Ñato’ Guzmán, su entrenador. Encaja los guantes a sus nudillos, queda frente al saco y desfoga su furia. En cada volado expulsa los segundos de angustia que vivió alejado de los ensogados.
“Estábamos con Probox del Caribe. Todo fue excelente al principio, el público estaba contento, pero siempre hay obstáculos y conmigo se presentaron. Ahora nos estamos levantando, poco a poco”.
El 16 de septiembre de 2016, en el coliseo Eder Yohan Medina Toro en Riohacha, Therán realizó su última pelea profesional enfrentando a Leo Cassiani. Fue un saldo a favor tras un nocaut en el segundo episodio.
“Cosas que le pasan a los deportistas que van por buen camino me pasaron a mí. Ese 16 de septiembre fue mi último combate. Después de esa fecha tuvimos muchos problemas con esa empresa. Esperé cierto tiempo para liberarnos y volver a pelear. Tuve que hacer esa última velada con ellos para quedar libre, sin embargo, pasó ese tiempo y seguía sin tener mi libertad, pero gracias a Dios apareció un empresario muy bueno para retomar”.
Álex, bautizado ‘El Príncipe’ por el entrenador de la selección Colombia José Salinas en una eliminatoria en Guatemala, previo a los Olímpicos de Pekín 2008, no dejó que la difícil situación económica lo dejará contra las cuerdas. Sus manos, que lo hicieron campeón latino de la AMB y el CMB, en la categoría de los medianos, empezaron a cargar y descargar encomiendas. Incluso su madre, Noemí del Carmen, no le dio la espalda a su retoño.
“Me tocó duro. En estos dos años estaba con mi esposa, los dos solos, porque ahora viene un niño en camino. Estuve trabajando en una empresa igual a Servientrega, descargando y cargando camiones. Me trasnochaba y luego, en el día, tenía que trasladarme a otro lugar. También viví de la caridad de mi madre que siempre estuvo apoyándome pese a la adversidad y sin duda a mi empresario Jhon Hernández. Esos fueron los motivos por los que cogí de nuevo los guantes”.
Gracias al dinero que ganó exponiendo su rostro compró una motocicleta, medio de transporte que también sirvió como salvavidas cuando el dinero era escaso.
“Fui hasta mototaxista mi hermano. Incluso me atracaron y se la llevaron. Fueron muchas cosas feas las que me pasaron. El día del atraco venía con mi esposa y nos dirigíamos a La Chinita y se nos atravesó una moto. Nos sacaron una pistola y yo les decía a los ‘manes’ que se calmaran, pero andaban pasados. Se llevaron las motos y nos tocó devolvernos a San Roque con los cascos en la mano. Primero la vida de uno, luego las cosas materiales llegarán con las nuevas bendiciones”.
El ‘Ñato’ acelera el entrenamiento. Como ráfagas los puños de Álex estremecen la pera. Movimientos de cintura intactos hacen pensar que no será difícil el desafío de retomar el nivel. Hace dos meses, el boxeador que cumplirá 28 años el 11 de noviembre, se refugia en el gimnasio de La Magdalena. Llegó pesando 98 kilogramos y ya ha cedido 18.
“Llegué pesadísimo. Estuve en Miami sirviendo de esparring y me dieron duro (risas), pero ya estoy volviendo. Lo más duro de esto es volver. No es fácil regresar, entrenar, seguir una dieta. Pero cuando me acuerdo de lo que he vivido y la gente que me dice que estoy joven y puedo ser campeón mundial, me animo”.
En el Bryan Glazer Family JCC Auditorium, de Tampa (Florida), escenario donde se medirá a Kalajdzic, Álex prometió dejar hasta el alma. “No es un púgil del otro mundo y vi en YouTube que se le dificultan los zurdos. Dejaré todo por los míos”.
Therán, el orgullo de San Roque, no es un exboxeador. Tomó un receso para volver más recio “Como le dijo Jesús a Lázaro, ‘Levántate y anda’. Así estoy”.