Curso rápido de golf
¿Sabe usted qué es ‘tee’, ‘Fairway’ o ‘Rough’? Hoy comienza la Ryder Cup y no está de más aprender.
PARíS, FRANCIA. ¿Habla el lenguaje del golf? Este es un listado de los vocablos específicos de este deporte antes de la disputa de la Ryder Cup (desde hoy hasta el domingo) por primera vez en la historia en territorio francés, en el Golf National de Saint Quentin en Yvelines, cerca de París.
esta palabra tiene dos significados. Por un lado designa la zona de salida de un hoyo, en la que se posicionan los jugadores para dar su primer golpe. Pero también se refiere al pequeño utensilio, la mayor parte de las veces de madera, sobre el que los jugadores colocan la bola para dar su primer golpe.
El ‘tee’: El ‘fairway’:
es la autopista del golfista. Se trata de una zona de hierba perfectamente cortada que se encuentra entre el ‘tee’ y el hoyo y que permite, en teoría, golpear la bola sin dificultad si se encuentra en esta ‘calle’.
El ‘rough’:
es una zona del campo que los jugadores detestan y que tratan de evitar a cualquier precio. Son las zonas del campo menos cuidadas, con hierba sin cortar, si- tuadas a ambos lados del fairway. La densidad de la hierba hace mucho más complicado jugar la bola, que incluso a veces llega a perderse entre la maleza.
El ‘bunker’:
zona de arena situada a lo largo del recorrido de un hoyo, a los lados de los fairways ya menudo cerca de los greens. Cuando la bola cae en ella, es más difícil controlar el golpe y los jugadores deben adaptar su cuerpo al golpeo en una posición inhabitual.
como un tapete de un billar, es la zona alrededor del hoyo en la que la hierba está cortada al ras. Los jugadores utilizan el putter (un tipo de palo de golf ) que les permite hacer rodar la pelota hacia el agujero.
El ‘green’: Par, birdie, bogey, eagle, albatros:
a cada hoyo le corresponde un número teórico de golpes a jugar, que se llama el par. Existen el par 3, par 4 y par 5 en función de la distancia del hoyo. Cuando un jugador emboca en el número de golpes marcados, se dice que hace el par. Si lo hace en uno menos, se llama birdie. Si lo hace en uno más es un bogey, doble bogey si necesita dos golpes adicionales. Raramente se puede completar un hoyo con dos golpes menos, que recibe el nombre de eagle y mucho más infrecuente es hacerlo con tres golpes menos, un ‘albatros’.
En una reunión de fecha reciente de un grupo de simpatizantes con el deporte del boxeo acordaron una serie de iniciativas, entre las cuales estaban incluidas medidas para bautizar o rebautizar los nombres de algunos estadios barranquilleros.
Por cierto, se incluyeron nombres de exdeportistas para ciertos recintos deportivos, pero, de manera por demás insólita, nada se dijo sobre el gran pelotero de ayer quién saludaba por Tomás Arrieta y ahora mismo su nombre tan esclarecido que fuera está en las nebulosas, luego de haberse cometido el delito deportivo de eliminar su nombre que lo cobijaba durante tantos años.
No se tuvo con él la más elemental consideración, sabiéndose de sobra que Tomás Arrieta era un nombre tan popular para varias generaciones de barranquilleros para haberse procedido de la manera como se hizo: dinamitando el estadio que llevaba su nombre por más de 50 años para desaparecerlo
de la vida deportiva de su ciudad natal. Ahora mismo hay que preguntarles a los autores de este desaguisado empeño en que no se vuelva a nombrar a Tomás Arrieta. Precedente funesto y por demás de monstruosa ingratitud. Pero terminemos hoy provisionalmente este caso tan conmovedor para los viejos barranquilleros que adoraron a Tomasito Arrieta, a la espera de que los autores de este despropósito, encuentren una forma de recordación de un grandioso pelotero, bautizado en Cartagena ‘El hombre team’, por su habilidad extraordinaria para jugar las nueve posiciones del béisbol.
También se consideró en la reunión a que aludimos, rebautizar algunos nombres deportivos. Se eliminó el nombre esclarecido de Humberto Perea, el atleta de pista y campo que le dio 20 medallas de oro al departamento del Atlántico para reemplazarlo con los nombres de boxeadores de nuestro departamento.
No se mencionó en ningún momento a un púgil como Fernando Fiorillo, el primer colombiano que subió en los años 20 al Madison Square Garden de Nueva York. Pero aceptemos que Fernando Fiorillo fue de un tiempo demasiado viejo para que se le recuerde ahora. No así es el caso del grandioso púgil Mario Miranda, el más sobresaliente del boxeo colombiano en los años 70.
Miranda fue un cotizado boxeador a quien se le pagaba un millón de pesos por combate en Cartagena, lo que no ganaba ni ‘Kid Pambelé’ ni Rodrigo Valdés.
El promotor que lo presentaba estaba muy molesto por la suma que tenía que pagarle a Miranda y llegó al extremo de traerle de México un ‘gallo tapado’, para que le ganara y con esa derrota Miranda rebajara de precio. El mexicano fue noqueado y el millón por pelea siguió vigente. Y no digamos más que esto parece ir muy largo.