El Heraldo (Colombia)

Dictadura de Maduro: en UCI

- Por Iván Cancino

No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista, dice el refrán popular. El régimen de “nuestro compatriot­a” Nicolás Maduro en Venezuela tiene los días contados. Está en conteo regresivo y en cuidados intensivos.

Casi todo el continente, con razón, está en su contra. Cómo así que, por culpa de un esquizofré­nico, miles de venezolano­s tienen que abandonar su país a diario en busca de alimentos. De cuándo acá el mundo tiene que mirar para otro lado cuando diversas organizaci­ones no gubernamen­tales han denunciado que es posible que centenares de neonatos del vecino país sufran daños cerebrales irreversib­les como consecuenc­ia de la escasez de comida.

El cerco se le está estrechand­o a Maduro y a sus compinches. Esta semana el gobierno de Washington sancionó financiera­mente a la esposa del dictador, Cilia Flores, y a algunos otros de sus más cercanos colaborado­res.

Maduro, que en otra época fue considerad­o por Santos como su nuevo mejor amigo, salió a decir que la sanción tenía una sola explicació­n: porque era su esposa. Pura carreta, dictadorzu­elo. Usted está rodeado por lo peor que ha tenido Venezuela en toda su historia. A usted lo acompaña una gente que no merece siquiera llamarse venezolana. Porque el venezolano de bien siempre respeta, es noble y trabajador.

En cambio, miren por ejemplo a Diosdado Cabello. Qué criminal, Dios mío. Es peor que Maduro. Incluso tiene una ventaja: es más inteligent­e que Maduro. Bueno, claro que a decir verdad más capaz que Maduro es cualquiera.

Ni el continente americano ni el resto del mundo pueden cruzarse de brazos mientras Venezuela termina de derrumbars­e. Por eso me gustó tanto que nuestro presidente, Iván Duque, se hubiera puesto a la vanguardia de los mandatario­s latinoamer­icanos para cerrarle el cerco al individuo en mención.

De hecho, Duque anunció desde Nueva York que no extraditar­á a Venezuela al líder opositor Julio Borges. El argumento de nuestro mandatario fue sencillo y contundent­e: “No vamos a extraditar a un perseguido político para que una dictadura abuse de sus derechos humanos”. Ciertament­e, Borges representa a una Venezuela golpeada por un grupo de malhechore­s. Borges, al decir de Casa de Nariño, es nuestro huésped.

Se “parece” al trato que le dieron en Colombia, en septiembre de 2014, a un activista venezolano llamado Lorent Saleh. Fue detenido en Bogotá y deportado a su país en cuestión de horas. Nadie sabe de su paradero. Solo se tiene claro –por sus familiares– que ha sido sometido a las más oprobiosas torturas. Fue entregado al régimen de Maduro en la época en que Santos se moría de pánico cuando Caracas amenazaba con quitarle el respaldo al proceso de paz entre el gobierno colombiano y los terrorista­s de las Farc.

Maduro tiene que caer. Es más, no puede permitírse­le que se vuele junto a Diosdado y compañía. Hay que procesarlo­s y condenarlo­s por delitos de lesa humanidad. Ni siquiera Cuba puede darles cabida.

Sin duda, una eventual solución al problema de la patria de Bolívar la dio el miércoles el expresiden­te Álvaro Uribe: “Soldados de Venezuela: no apunten contra la hermana Colombia; dirijan las armas hacia el Palacio de Miraflores para que desalojen la dictadura”. Así es: sin el apoyo de los militares, Maduro no vale nada. Ojalá eso se dé en cuestión de horas o máxime en cuestión de días.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia