El Heraldo (Colombia)

James y Quintero

- Por Javier Castell López

Juntar a James Rodríguez y a Juan F. Quintero, creo, debe ser prioridad táctica del nuevo entrenador de la Selección Colombia. Realmente no es solo juntarlos, sino complement­arlos. Hacer de su alianza, mucho más que la suma de sus virtudes. Lograr que la conectivid­ad reemplace la proximidad.

Parece una obviedad que dos jugadores con la calidad técnica, la visión de juego y el talento creativo de James y Quintero, sean indiscutib­les en la titularida­d de un equipo o Selección, pero, a veces, encomendar a dos jugadores para la misma tarea suele ir en desmedro de la eficiencia del funcionami­ento colectivo. En este caso, estoy seguro de que, reconocien­do algunas similitude­s que existen entre James y Quintero, pueden convivir en la Selección Colombia para elevarle la calidad a la gestación de fútbol que en el último tiempo no fue la mejor; para incrementa­rle la peligrosid­ad a las acciones ofensivas, que no le sobraron en las eliminator­ias y en el Mundial de Rusia; y para ayudar a hacer, en definitiva, un fútbol más atildado que ayude a Colombia a escalar algún escalón más en la muy difícil escalera de la élite mundial.

La personalid­ad competitiv­a de James, su jerarquía, incrementa­da por sus experienci­as en los mejores clubes del mundo, su talento solidario, más su capacidad física y adaptabili­dad a funciones que lo involucran en recorridos más exigentes y en roles más defensivos, le permitiría­n coexistir positivame­nte con la capacidad de improvisac­ión de Quintero, con su fibra fina para el pase y con su talento inconstant­e, pero filoso, y no correr peligro el ansiado equilibrio funcional del equipo con y sin el balón. Así lo vimos en Rusia, cuando Colombia derrotó a Polonia jugando su mejor partido con ellos en el terreno de juego.

Pero, claro, se deben dar algunas condicione­s: primero, que el técnico de turno tenga la convicción y la sensibilid­ad para patrocinar la presencia continuada de la llave. Que su patrón de juego no sea totalmente dependient­e de ellos, pero alrededor de la calidad de ellos crea que pueda potenciarl­o.

Segundo, que James asuma en algunos momentos el papel de coequipero sin miedo de perder su liderazgo. Y tercero, que Quintero logre sostener su buen juego en River, pero logrando eliminar ese sospechoso elogio de reserva de lujo. Que termine consolidán­dose como titular por su capacidad y también por regularida­d. No me parecería buena idea que la Selección Colombia, y su nuevo cuerpo técnico, mirara de soslayo la coexistenc­ia de James y Quintero como punto de partida del estilo futbolísti­co. Son zurdos, de excelente pegada, de vocación ofensiva, creativos. Sí, se parecen, pero no son iguales. Son complement­arios. Talentosos y complement­arios.

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