¿Socialismo democrático?
Mi crítica del socialismo de la semana pasada tuvo gran impacto. Observé cierta confusión conceptual en algunos de los comentarios que recibí, así que, en mi permanente ánimo de ilustrar a la par que entretener, me gustaría explicar conceptos y posicionarme respecto a ellos.
Socialismo no es lo mismo que socialdemocracia. Suelen usarse como términos sinónimos (siendo la confusión azuzada por quienes quieren denigrar a la socialdemocracia o, en el espectro ideológico opuesto, beneficiarse de su imagen positiva), pero son conceptos distintos. El socialismo tiene a Marx por figura capital (él mismo complicó la terminología aún más al añadir el término comunismo a la sopa conceptual –socialismo y comunismo se suelen tomar como sinónimos, aunque no lo sean en puridad–) y es contradictorio con la democracia liberal. Así lo ha demostrado llegando siempre al poder revolucionaria y violentaque mente y generando dictaduras totalitarias tales como la URSS o China. Más allá de las opiniones y sentimientos personales, cualquiera que valore mínimamente los hechos ha de aceptar que el socialismo ha sido un desastre allí donde se ha ejecutado, empobreciendo materialmente y denigrando humanamente. Negarlo es negar la evidencia y excusarse diciendo que hay países liberales donde también hay pobreza e injusticia, además de ser un pobre recurso retórico, es falso porque las bolsas de pobreza que existen en los países con una democracia liberal desarrollada (cosa que Colombia aún no es) son incomparables con la pobreza generalizada existente en los países socialistas. Prueba de ello es que los que acostumbran a huir de sus países son los habitantes de los países socialistas, no al revés. ¿O conoce usted a alguien –en sus cabales– que emigre a Cuba antes o a Venezuela ahora?
La socialdemocracia, por su parte, renuncia a Marx, acepta la democracia liberal y no es ni revolucionaria, ni totalitaria. Busca mejorar la calidad de vida de los trabajadores mediante la consagración de los derechos sociales y el establecimiento de un Estado benefactor que garantice igualdad de oportunidades. La socialdemocracia ha gobernado en Europa y América con partidos como el Laborista inglés, el SPD alemán o el PSOE español y ha contribuido a mejorar la calidad de vida de las clases sociales más desfavorecidas generando una clase media educada y próspera. En gran medida, en el presente, casi todos los países occidentales son socialdemócratas en su núcleo. ¿O qué, sino socialdemocracia, es el Estado Social de Derecho?
Yo no soy socialdemócrata. Considero que, a la larga, la socialdemocracia genera problemas (deuda pública, déficit, inflación, pasividad social) que provocan su propia destrucción. Pero la respeto. Me parece una opción equivocada, pero ha demostrado ser útil para mejorar la calidad de vida de la gente y consolidar la democracia. Yo soy liberal. Lo soy porque, para mí, los hechos demuestran que una buena sociedad es aquella fundada en la máxima libertad individual y en un Estado pequeño que establezca las reglas del juego, pero que no intervenga directamente en la economía (salvo, tal vez, en áreas como educación, salud y construcción de infraestructuras). Mi ideal: un modelo esencialmente liberal, pero con voluntad social. Posiblemente, un buen ejemplo sea el Ordoliberalismo alemán. Invito a estudiarlo. ¿Estoy abierto a que me demuestren que me equivoco? Por supuesto, en eso consiste ser un liberal.