EL BUQUE GLORIA, LA ATRACCIÓN EN EL MALECÓN
La nave, insignia de la Armada colombiana, llegó al Puerta de Oro. Los visitantes pueden ingresar sin costo desde las 9 a.m.
“Bienvenido al buque escuela ARC Gloria”. Con estas palabras son recibidos los visitantes que como Luz Arrieta, se animaron ayer a conocer al “embajador de Colombia en los mares del mundo”.
El flamante velero, de 76 metros de largo y 11 de ancho, esperado por cientos de personas en el Gran Malecón del Río, atracó a eso de las 9 de la mañana. Llamaba la atención la mirada de algunos niños, que obnubilados veían al gigante blanco del que colgaban cadetes y grumetes al lado de sus mástiles.
Luego de cantar el Himno Nacional y el de Barranquilla, el capitán de navío Camilo Alberto Giraldo Londoño, comandante del buque Gloria hace 10 meses, descendió para saludar a las autoridades navales y distritales que lo esperaban, entre esos el contralmirante Juan Ricardo Rozo Obregón, director de la Escuela de Suboficiales ARC Barranquilla, y el secretario de Cultura Juan José Jaramillo.
“Vamos a poder disfrutar de la visita totalmente gratis a partir de hoy hasta el lunes a las 2 de la tarde. También estamos invitando a los barranquilleros a ver el zarpe, que es uno de los espectáculos más bellos, ver la salida del buque”, dijo Jaramillo.
El velero regresa del 15 al 18 de noviembre y luego volverá atracar en aguas del Magdalena, en el Gran Malecón, hasta el 20 de diciembre, dijo el secretario.
“Yo creo que esto nos abre las puertas como una ciudad que se permite la llegada de grandes veleros y cruceros a la ciudad”, recalcó el funcionario.
Por su parte, el comandante del barco, Carlos Alberto Giraldo, señaló que hoy y el domingo los horarios de visita irán de 9 de la mañana a 9 de la noche, y el lunes festivo será de 9 a.m. a 2 p.m.
YA EN EL VELERO. Una vez la persona ingresa al ARC Gloria el recorrido arranca por la proa, la parte delantera donde se encuentra el cabrestante. De allí se puede pasar a la popa, que es la parte trasera. El Salón Almirante Padilla, en homenaje al prócer naval José Prudencio Padilla, es otro de los grandes atractivos del buque junto a la sensación de estar en la nave que precisamente está celebrando 50 años en los mares del mundo. AR