El Heraldo (Colombia)

“Las instalacio­nes de Indeportes se están cayendo”

Las zonas de entrenamie­nto están deteriorad­as.

- Por Andrés Vidriera UsuarioWas­apea* Por Eliana Álvarez Ríos @anaylerios

El pasado miércoles 3 de octubre, luego del fuerte aguacero que se registró en la ciudad, de acuerdo con el reporte a través de la línea de Wasapea a EL HERALDO de un deportista que pertenece a la Liga de Taekwondo del Atlántico, parte de las instalacio­nes de Indeportes se inundaron luego de taparse las alcantaril­las. “El agua está anegando los pasillos, los baños y las zonas de entrenamie­nto de algunos deportista­s con las heces flotando”, denunció en su momento. Soplaba una brisa fría en aquella madrugada del primero de noviembre de 1970 en el cementerio Universal. Parecía que Céfiro se confabulab­a con Zeus para traer ráfagas de luz de relámpagos intermiten­tes. Álvaro, vigilante del callejón 13, había desapareci­do hacía menos de diez años, al igual que su madre, quien pereció de tristeza tres días atrás. En efecto, se escuchaba en su tumba un alarido bien agudo. Caminé muy temeroso hacia allá. Encontré al encender la luz de mi lámpara una fotografía en sepia que, como hojas secas en otoño, a mis pies caía y luego la recogía.

De pronto miraba hacia el frente y divisaba sombras en los paredones que iban paralelas, mientras caminaba con paso lento y pesado, en medio de la hilera de tumbas. Volví a mirar

Sin embargo, solo hasta el viernes 12 de octubre, según informó la Dirección de Indeportes, se realizó la limpieza de los baños, ya que Triple A realizó los trabajos de mantenimie­nto el jueves la imagen, llegaba hasta la tumba de ella y estaba saqueada.

De inmediato salí corriendo del miedo y también para protegerme de algunos canes muy grotescos que me perseguían. Para liberarme de la confusión deseaba entrar a la capilla del centro 11 de octubre en horas de la tarde, de acuerdo con la informació­n suministra­da por Indeportes.

El usuario reportó que en esas condicione­s debían hacer sus entrenamie­ntos. del camposanto, pero al llegar el portón se me cerraba en la nariz. Los ventanales no dejaban de temblar, solo un pedazo de techo caía en mi cabeza y me desmayé. A las tres de la madrugada desperté, gracias a un ronco crujir de las rejillas de la entrada del camposanto que me

Además, agregó que en ocasiones a ellos mismos, e incluso al profesor de taekwondo, les ha tocado asear los baños del primer piso. “Los aires acondicion­ados no funcionan, no hay médicos ni fisioterap­eutas para los deportista­s, las instalacio­nes se están cayendo. Y toca entrenar así porque no tenemos otro lugar”.

Al caminar por los pasillos de la zona de entrenamie­nto de taekwondo se lee un letrero en el baño que dice “fuera de servicio”; una de las puertas se encuentra en avanzado estado de deterioro, al igual que la cocina y el maderamen de la cancha de voleibol. Con el tatami gastado, húmedo y un levantó. Mal herido, en un matorral alto a un lado de la iglesia, y preocupado estaba ya consciente. Una tormenta que se avecinaba aumentaba mis miedos…

Quedé extrañado porque del interior de la iglesia salía una procesión de brujos y hechiceros que se alumbraban con velas, pronuncian­do oraciones incoherent­es y diabólicas. Iban caminando ordenadame­nte por todo el cementerio para extraer los espíritus de las ánimas a quienes nunca sus seres queridos le rezaron. En efecto, como can salvaje reaccioné en menos de un segundo, logrando espantar toda la maldad en este lugar. Pasaban las horas, el albor cambiaba de color el día y las alondras empezaban a trinar… Solo me preguntaba en mi oscuro interior: ¿por qué nunca me había conocido con ese coraje?, ¿será que me habría transforma­do en un ser esperpénti­co y temerario ante la brujería…O, solo era un vigilante de turno que cumplía su humilde labor? corredor estrecho con un maniquí de goma, los deportista­s de esa disciplina (taekwondo) deben practicar diariament­e, y piden a la institució­n que se mejoren las condicione­s del lugar. Intentamos comunicarn­os con el director de Indeportes, Enrique Vengoechea, sin embargo no hubo respuesta.

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