México: hacia un nuevo modelo
Al escuchar atentamente el discurso de posesión del nuevo presidente de México, no hay duda de que su proyecto despierta esperanzas en América Latina, muy positivas y diferentes a los decepcionantes casos de Venezuela, Nicaragua y la sufrida Cuba. Los neoliberales llevan 28 años controlando el poder político y económico en Colom- a través de sus diversas y variantes políticas que abarcan todo el espectro de la centro-derecha, y nos han vendido la idea de que no hay más esperanzas sino la de vivir bajo el neoliberalismo. Andrés López Obrador (AMLO) ha señalado que el neoliberalismo en México ha sido un fracaso, pues desde que se implementó en 1983 la economía ha crecido al 2% anual a pesar de ser país petrolero, no muy lejos de nuestro bajo crecimiento desde los años 90, con la excepción de la reciente bonanza, a la par de un crecimiento de la deuda pública mexicana en un 6% anual. México es un gigantesco país de 129 millones de habitantes, con un nivel de educación superior al nuestro y un desarrollo político más avanzado. Su ingreso bruto per cápita es de USD8.610, mientras el de Colombia solo llega a USD5.830 (Banco Mundial). AMLO ha señalado que el modelo neoliberal ya era hora de acabarlo, pues se había ligado a la gigantesca corrupción, que como a Colombia, invade a ese país. Las privatizaciones allá han servido para la corrupción. Acá estamos invadidos de lo mismo (Electricaribe y la Concesión Ruta del Sol). AMLO ha señalado que: “Habrá libertad empresarial; libertad de expresión, de asociación y de creencias; se garantizarán todas las libertades individuales y sociales, así como los derechos ciudadanos y políticos consagrados en nuestra Constitución”. Nada de un amago “castrochavista” con lo que nos tratan de asustar en Colombia. Su compromiso con los pobres de ese país es total.
Su lucha será por mayor igualdad. Acá en Colombia nos quedamos con el asistencialismo neoliberal que lo reduce todo a la “equidad”; es decir, más salud, educación y alcantarillado para los pobres, pero sin tocar las estructuras de poder que reproducen la desigualdad. También AMLO señaló que: “El otro distintivo del nuevo gobierno será la separación del poder económico del poder político. El gobierno ya no será un simple facilitador para el saqueo, como ha venido sucediendo. Ya el gobierno no va a ser un comité al servicio de una minoría rapaz”, mientras en Colombia está totalmente corporativizado, con fiscal incluido. En cuanto a impuestos, señala que no habrá nuevos impuestos, pues lo que se libere de la corrupción y evasión será suficiente. Acá se nos ahoga con una nueva reforma tributaria que el pueblo ha rechazado masivamente. AMLO promete también grandes proyectos productivos, como el tren Maya, la recuperación de seis refinerías y la construcción de una nueva, un nuevo tren de contenedores y el establecimiento de una zona franca en la frontera con Estados Unidos, la más extensa del mundo, con un régimen fiscal similar al de los estados americanos fronterizos. AMLO desea nuevos empleos de calidad con grandes proyectos, mientras que acá quedamos reducidos a la “economía naranja”. La salud se transformará en un sistema universal y se construirán 100 universidades públicas nuevas. En fin, el pueblo mexicano se cansó de lo mismo y decidió ensayar otro camino. Acá seguimos en más de lo mismo.