Ley de Regiones, una realidad
Luego de los cuatro debates reglamentarios, la Cámara de Representantes aprobó, por abrumadora mayoría, la Ley de Regiones, una iniciativa de la que el gobernador del Atlántico ha sido su más ferviente promotor.
Luego de los cuatro de bates reglamentarios, la Cámara de Representantes aprobó, por abrumadora mayoría, la Ley de Regiones, una iniciativa de la que el gobernador del Atlántico, Eduardo Verano de la Rosa, ha sido su más ferviente promotor.
Con la sanción presidencial, último paso del proceso, se formaliza, luego de años de lucha, la posibilidad de que las regiones sean protagonistas de su propio desarrollo, un mandato consignado en la Constitución del 91 que estuvo reducido a la teoría durante 27 años por cuenta de la incapacidad institucional para desprenderse de las maneras centralistas de asumir las políticas públicas. Parece una obviedad que las regiones tienen el derecho y la obligación de decidir y ejecutar sus propios procesos de desarrollo: trazar planes, escoger prioridades, administrar recursos, todo ello basándoseen el conocimiento que las comunidades y sus líderes tienen de su territorio, de sus necesidades más urgentes, de sus particularidades culturales y de sus vocaciones productivas. Sin embargo, la costumbre histórica de dictarlo todo desde Bogotá ha sido un obstáculo para la autonomía regional y un generador de desigualdad y atraso. Pero, la aprobación de esta ley promete un viraje sustancial en la forma en que Colombia se enfrenta a sus desafíos más urgentes, sobrepasando de una vez por todas unas circunstancias que no hacían sino ensanchar una brecha regional injusta e ineficaz.
En el pasado deben quedar los prejuicios centralistas que daban cuenta de una supuesta incapacidad de la provincia para encargarse de asuntos importantes, o de una supuesta conspiración separatista de quienes desde la periferia insistieron por décadas en un modelo de país basado en las regiones como el que ahora se concreta. Recibimos, pues, con entusiasmo esta noticia y también con el orgullo de que haya sido aquí, en nuestro Caribe, desde donde con mayor energía se insistió en esta iniciativa, hace 100 años con la Liga Costeña y hace casi tres décadas en la Constituyente, donde jugó un papel esencial en la defensa de la autonomía caribe nuestro hoy director consejero, Juan B. Fernández Renowitzky. En manos de las regiones, de sus gobernantes, de sus empresarios, de sus representantes en el Parlamento y de la sociedad en general, quedará demostrar que estamos capacitados para asumir con entereza, responsabilidad y transparencia la enorme tarea que los legisladores nos han otorgado, que somos ciudadanos maduros y que no tenían razón quienes pensaron que ellos debían, desde sus oficinas de Bogotá, decidir por nosotros y pensar por nosotros. Esperamos que el presidente Iván Duque sancione dicha ley con celeridad, sin interferencias del ministro de Hacienda, que, a decir verdad, no se ha mostrado amigo de la iniciativa.
En el pasado deben quedar los prejuicios centralistas que daban cuenta de una supuesta incapacidad de la provincia para encargarse de asuntos importantes, o de una supuesta conspiración separatista.