El Heraldo (Colombia)

Himno, a tutiplén, consiste

- Por Enrique Dávila edavila437@gmail.com

P.: ¿José Torres influyó en la composició­n del Himno Nacional? ¿Qué relación tenía Oreste Sindici con Justine Junot? Neyla Taboada, El Carmen de Bolívar. R.: Oreste Sindici, tenor y compositor italiano, llegó a Colombia en 1863, a los 36 años. Establecid­o en Bogotá, presentaba en su casa grupos de música de cámara o cantantes de ópera, reuniones a las que en ocasiones acudía el presidente Rafael Núñez. En 1887, José Domingo Torres, bogotano, creador de escenas patriótica­s y director de teatro, para complacer al mandatario, le llevó a Sindici unos versos escritos por aquel para celebrar la Independen­cia de Cartagena; le pidió que los musicaliza­ra antes del 11 de noviembre, fecha magna en esa ciudad, para que desde ese día fuera el himno del país; le advirtió que era una petición de Núñez, y, bajo presiones de su propia mujer, el músico aceptó después de solicitar algunos ajustes a la letra, pues se hablaba más de la Ciudad Heroica que del país. La mujer de Sindici fue la soprano bogotana de origen francés Justina Jannaut (no Justine Junot), con quien se casó en 1866. ¿De dónde procede la

P.: expresión ‘a tutiplén’. Carlota T., Bogotá. R.: ‘A tutiplén’ es expresión coloquial que significa en abundancia, mucho: ‘repartiero­n whisky a tutiplén’, ‘bebió a tutiplén’. El diccionari­o académico dice que procede de la forma viciosa del latín totus, todo, y plenus, lleno (todo lleno). Sin embargo, así como del catalán nos han llegado palabras como alioli, formada por all i oli (ajo y aceite), o capicúa, por cap i cua (cabeza y cola), de ese idioma también viene ‘a tutiplén’. Es lo que plantea Joan Corominas, uno de los lingüistas españoles más grandes de la historia, cuyo Breve diccionari­o etimológic­o de la lengua castellana y otras obras suyas son referencia para investigad­ores y maestros. Pues bien, Corominas no acoge la idea de que ‘a tutiplén’ sea forma viciosa del latín, y, al final de la entrada de la palabra ‘todo’, afirma que viene del “catalán a tutiplè, que parece ser grafía imperfecta de a tot i plè (a todo y lleno)”.

Oí a un periodista preguntar:

P.: “¿De qué se trata el peritazgo?”. Debió haber dicho: “¿En qué consiste el peritazgo?”. Alfredo Calderón L., B/quilla. Tiene razón. Uno de los sentidos R.: de ‘tratar’ es discurrir de palabra o por escrito sobre algo: ‘tratar de leyes, sobre fútbol, acerca del clima’. Entonces no debe decirse: “¿De qué se trata el peritazgo?”, sino “¿de qué trata…?”, caso en el que podría responders­e: “Trata de automóvile­s”. Pero también, de modo aún más correcto, que, además, siempre funciona, debe decirse: “¿En qué consiste…?”. Sin embargo, cuando hablamos de una persona, la locución ‘se trata’ es castiza, pues equivale a ‘hablo’ (o a ‘estoy hablando’). Así, si alguien dice: “Cuando mencione a Neruda, sepan que se trata de un gran poeta” es lo mismo que si dijera: ‘‘Cuando mencione a Neruda, sepan que hablo de un gran poeta”.

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