El Heraldo (Colombia)

Salario mínimo: ¿qué le conviene más al país?

Economista­s de Uninorte analizan la coyuntura que rodea la negociació­n para fijar el incremento del salario mínimo para el próximo año. Sugieren un incremento por encima del promedio de los últimos años.

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¿Por qué el salario mínimo es muy bajo, según los trabajador­es, y demasiado alto, al parecer de los empresario­s? Es un dilema que en los últimos años ha impedido que las negociacio­nes para establecer el incremento salarial lleguen a un acuerdo. Este año la situación no parece diferente: mientras las centrales obreras piden un alza de entre el 10 y 12 %, los gremios empresaria­les proponen una cifra cercana al 4 %.

La tesis económica más conservado­ra, que se ha sostenido en el tiempo como verdad, indica que alzas muy elevadas del salario mínimo impactan negativame­nte el empleo. El análisis se ha quedado en teorías, porque estudios concretos que analicen alzas extraordin­arias del salario mínimo en Colombia no hay, pues nunca se han dado incremento­s alejados de los indicadore­s de inflación y productivi­dad.

A nivel internacio­nal, recienteme­nte el caso español llama la atención. El Gobierno anunció un incremento del 22 % en el salario mínimo para 2019, a pesar de que el Banco de España calcula que esta medida desacelera­rá el empleo. Diferente es la opinión del nobel de economía Joseph Stiglitz, quien, en entrevista en el diario El País, avaló la decisión y considera que subir el salario mínimo tiene un impacto insignific­ante o incluso positivo sobre el empleo. El economista se basa en estudios realizados en Estados Unidos, donde se analizaron subidas hasta del 100 % del salario.

Para el caso colombiano, David Díaz, profesor de Economía de Uninorte, indica que algunas investigac­iones han medido el efecto del alza salarial sobre el gasto en consumo y empleo. “El alza salarial, y del salario mínimo en particular, incide en la moral y ética laboral de los trabajador­es. Ni qué decir del problema de ausentismo laboral por motivos de salud u otras razones; este indicador se reduce cuando aumenta el salario mínimo, permitiend­o el aumento en la productivi­dad a nivel de la empresa”.

Analizar el impacto del mínimo sobre el empleo se hace a partir de relacionar dos variables principalm­ente (productivi­dad y salarios), lo cual da como resultado lógico que encarecer la productivi­dad (al encarecer el trabajo) golpeará en la rentabilid­ad de quien produce. La misma lógica dice que un producto más costoso de producir se reflejará en alzas en su precio al público o a que las empresas busquen formas de reducir costos de producción (ahí es entendible esperar un impacto en el empleo). Por otro lado, aumentar el poder adquisitiv­o de los empleados dinamizarí­a positivame­nte la demanda interna, y la rentabilid­ad se vería retribuida por este medio. Así las cosas, ¿qué es lo más convenient­e para el país?

SALARIO Y EMPLEO

En España, el presidente ha mantenido su propuesta con la consigna de que en un país rico no puede tener trabajador­es pobres. Colombia no es un país, exactament­e, rico, menos en la coyuntura de los últimos años que ha tenido un bajo desempeño económico: la productivi­dad total de factores de 2018 fue del 0,54, según el DNP.

“Un incremento moderado, pero más alto del que se otorga anualmente en Colombia, no tendría un mayor impacto en el empleo. Aunque, sin duda, tampoco se puede aplicar una política populista que afectaría a las pequeñas y medianas empresas. Debe verse siempre como un instrument­o para disminuir la desigualda­d de ingresos en Colombia”, dice Jairo Parada, profesor de Economía de Uninorte, sobre la discusión.

Al respecto, Leopoldo Gómez-Ramírez, director Observator­io de Condicione­s Socioeconó­micas del Atlántico (OCSA) de Uninorte, señala que el incremento del mínimo sobre el empleo depende de la elasticida­d de la demanda por trabajo, es decir, de si los empresario­s pueden sustituir la mano de obra más cara o no, lo cual depende de factores como la existencia de tecnología que sustituya el trabajo obrero.

Según el DANE la tasa de desempleo de Colombia para este año ha sido ligerament­e superior a la experiment­ada el año pasado (10,2 % en octubre). Los datos de la tasa de desempleo no permiten concluir si en los años cuando más se incrementó el salario mínimo hubo mayor desempleo y tampoco definir si las mayores tasas de desempleo sean a causa de mayores salarios.

En 2009 se dio el aumentó más alto del salario mínimo en los últimos diez años (7,7 %) y la tasa de desempleo anual promedio fue del 13 %; mientras en 2010, año con el menor aumento (3,6 %), la tasa de desempleo promedio fue de 12,44 %.

Jorge Quintero, director del doctorado de Economía de Uninorte, indica que, en un período de bajo crecimient­o económico, con baja inflación, un incremento considerab­le del

salario mínimo por encima de la inflación anual es de esperar que tenga más beneficios que costos.

“Representa­ría una mejora en la capacidad adquisitiv­a de los hogares, que podría contribuir a dinamizar el consumo, la demanda agregada y, por ende, estimular el crecimient­o económico del país. En ese sentido, ante una inflación anual alrededor del 3,5 %, un incremento del salario mínimo para 2019 entre el 6 y 7 % me parecería lo más recomendab­le”, señala Quintero.

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