¿Y los sabios costeños?
Llama la atención la escasísima presencia de la Costa en la Misión de Sabios que ayer constituyó el presidente Duque. Sin caer en rancios provincianismos, debemos abrir una reflexión seria sobre esta situación.
En un país que navega entre la violencia y la corrupción, resulta balsámico escuchar que el Gobierno ha constituido una Misión de Sabios para orientar las políticas públicas en materia de educación, ciencia, tecnología e innovación para los próximos años. La conformación del grupo fue anunciada ayer en un acto solemne en la Casa de Nariño, y lo primero que cabe decir, con base en las hojas de vida de los elegidos, es que son de científicos, humanistas, intelectuales y creadores de primer orden. Reconforta comprobar que, en medio de tanta desolación, el país cuenta con mentes lúcidas cuyo prestigio, en muchos casos, excede las fronteras nacionales. Ahora bien, desde una perspectiva regional, llama la atención la escasísima presencia costeña en el selecto grupo. De los 43 integrantes, solo hay dos nacidos en el Caribe, ambos mujeres: la samaria María del Pilar Noriega y la barranquillera Adriana Ocampo. Y ninguna de las dos ha desarrollado su trayectoria en nuestra región. Noriega ha dedicado gran parte de su carrera al estudio de los polímeros en el Instituto de Capacitación e Investigación del Plástico y del Caucho, en Medellín. Y Ocampo se marchó a los cuatro años de Barranquilla, adonde habían trasladado a su padre, y tras estudiar en varios países se convirtió en una importante científica de la Nasa. No se trata, de buenas a primeras, de asumir una actitud victimista o de acusar al Gobierno de discriminación por la baja representación costeña en la Misión de Sabios. Pero sí es necesario abrir una reflexión muy seria sobre la situación. ¿Qué sucede? ¿No hay suficientes candidatos de peso nacidos en la Costa y que, encima, estén desarrollando aquí su trabajo? De ser así, ¿a qué se debe? ¿En qué estaríamos fallando como sociedad? ¿Qué responsabilidad les cabría a nuestros líderes políticos, empresariales y cívicos?
Y si estamos ante un caso de exclusión injustificada por parte del centralismo bogotano, ¿no sería imperioso quejarse ante el Gobierno, teniendo en cuenta que las orientaciones del grupo serán fundamentales para el diseño de las políticas públicas del país? Llama la atención que en la web de Vicepresidencia se afirme que el trabajo se realizará “a través de los grupos de investigación de universidades como Eafit, Javeriana, Universidad Industrial de Santander, Universidad de Antioquia, Universidad de los Andes, Tadeo, Universidad del Rosario y Universidad Nacional”. Si Uninorte está en esta lista, como se nos ha informado, ¿por qué no se le cita?
Lejos de nosotros está caer en un rancio provincianismo ante una selección que de ningún modo debe hacerse por cuotas territoriales. Solo pretendemos abrir el debate para averiguar si estamos haciendo algo mal.
¿Qué sucede? ¿No hay suficientes candidatos de peso nacidos en la Costa y que, encima, estén desarrollando aquí su trabajo? De ser así, ¿a qué se debe? ¿O estamos ante el clásico desdén por parte del centralismo?