Caso Las Terrazas: la historia de un hurto que se convirtió en masacre
Ayer, Luis Castillo y Bileidys Mesa fueron asegurados por un juez.
Las autoridades revelaron ayer detalles de la masacre del pasado 2 de enero, la cual, consideran, fue planeada días antes del hecho.
“Mija yo creo que ellos nos pueden hacer algo, tenemos un mal presentimiento”, fue el último comentario que hizo Betzaida Acevedo a su nuera Eva María, la noche del viernes primero de febrero, justamente un día antes que la primera fuera asesinada junto a su pareja, Jaime Enrique Herrán Oviedo; a su hermana, Griselda Acevedo, y su prima Sandra Ricardo Montes.
La mala actitud, sumada a los malos comportamientos que al parecer habían mostrasdo Luis Alberto Castillo Orozco y su mujer, Bileidis Yoselin Meza Salas, puso en alerta a los moradores de la finca El Gran Chaparral, quienes se sintieron amenazados desde hacía un par de semanas y advirtieron a familiares sobre el hecho.
“Víctor ya les había dicho que se tenían que ir de la fin- ca, porque su papá sabía que Luis Alberto consumía drogas con algunos habitantes del sector y además estaba ofreciendo a la venta abonos y tablones que eran material de trabajo de la finca”.
Todos estos testimonios entregados a investigadores de la Sijín de la Policía, fueron dados a conocer ayer durante las audiencias judiciales contra los capturados que desde el día de los hechos fueron señalados como sospechos y fueron arduamente buscados hasta que el jueves en horas de la tarde se dio con su localización en el sector de Isla Becerra, jurisdicción del municipio de Calamar (Bolívar).
Fue allí donde la madrugada del viernes, miembros de la Sijín de la Policía, acompañados por tropas del Batallón numero 17 de la Armada Nacional, allanaron el predio donde se encontraban escondidos Luis Alberto y su esposa.
Durante su traslado a la URI de la Fiscalía en Barranquilla, los detenidos manifestaron a la prensa que sí tenían conocimiento del hecho, pero que no fueron los actores principales. “A nosotros nos pusieron a hacer eso los que viven al lado... me pusieron a que los agarrara para ellos actuar, pero no los maté”, fueron las versiones dadas por los ahora imputados de los delitos de homicidio agravado en concurso homogéneo sucesivo y hurto calificado agravado.
TESTIGO CLAVE. Un hombre identificado como Alejandro Sosa confirmó a investigadores judiciales que Castillo Orozco andaba en malos pasos. “Yo salía con el negrito (Luis Alberto) a fumar tabacos de marihuana. El viernes Una vez se llevó a cabo este viernes la identificación de Luis Alberto Cantillo Orozco y de su pareja Bileidis Yoselin Meza en las instalaciones de la URI, ambos sospechosos del múltiple crimen de Las Terrazas tuvieron un encuentro con abogados y autoridades, entre estas policías judiciales y delegados de la Fiscalía.
En medio de entrevistas, los dos capturados volvieron mencionar lo que le habían dicho a los medios de comunicación sobre su actuación en la masacre y además narraron cómo, supuestamente, fueron usados por los verdaderos homicidas.
“La noche del asesinato llegaron los dos hijos del vecino (no especifica) y el veterinario del señor de al lado (tampoco especifica), esa noche ladraron los perros, y yo dije, ese tiene que ser el señor Enrique que está caminando con el revólver por ahí, porque él se paraba a la hora que sea con el arma”, explicó el capturado Luis Alberto Orozco Cantillo sobre un pasaje previo a la masacre ocurrida el 2 de febrero.
Seguido, el hombre dijo: “Cuando yo me asomo a ver quién está por ahí, me salen ellos y me dicen ¡quieto!, no vayas a decir nada y ni hagas bulla, lo único que quiero es saber cómo hacemos para que el viejo salga… Yo les dije, la verdad es que yo podía hacerlo salir y lo llamé: señor Enrique hágame el favor y salga que necesito hablar con usted”, confesó Orozco Cantillo y agregó “Cuando él sale (Jaime Enrique Herrán), su esposa sale y ellos encañonan es a la mujer que viene atrás de él”.
“El señor Jaime hace como si fuera a sacar su revolver del pantalón pero no lo tenía consigo; si el señor Enrique ese día sale con el revólver, él los mata primero porque ellos tenían encañonada a la señora”, explicó Orozco Cantillo.
En el hecho murieron el ingeniero Jaime Enrique Herrán Oviedo, su esposa Griselda Acevedo Ospina, su cuñada Betzaida Acevedo Ospina y su familiar Sandra Ricardo Montes.
La Masacre
“Yo dije ¡no le hagan nada al señor Enrique, no le hagan nada(…). El veterinario del vecino me dijo: así como tú haces, que te traes la gente aquí para amarrárselos a ellos, ahora nosotros necesitamos que tú lo agarres que le vamos a hacer lo mismo”, explicó el capturado y siguió: “¡Ay mi hermano enseguida y lo degollaron; yo lo agarré y lo abrazaba y le decía señor Enrique no te mueras, señor Enrique no y no! y yo lo cargaba y lo tiraba… Entonces tenían a las mujeres adentro de la casa, salió la señora, la prima, hicieron bulla en el patio y los perros ladrando y los hombres dijeron que las metieran adentro que la gente se va a dar de cuenta”, manifestó el hombre su versión sobre la muerte del ingeniero Jaime Enrique Herrán Oviedo.
“Cuando nosotros estamos en ese bololó, uno de ellos saca una escopeta, yo agarraba al señor Enrique y le pegaba por la cara”, continuó Luis Alberto su relato. “Ya cuando los otros entraron en el cuarto con las mujeres ya todo eso estaba desarbolia’o (revolcado), entonces ellos me dijeron agarra aquí y esta caja pónmela acá, jala esta caja aquí pon esto acá, me pusieron a marcar todo, estaban con guantes y sus máscaras”, explicó el capturado sobre lo que le habrían ordenado los supuestos asesinos. Este luego le continuó: “la esposa del señor Enrique me decía: Luis tú no eres capaz, ¿Qué pasó?; y yo le dije señora Betzy cállese la boca que nos van matar, entonces ella dijo: ‘Luis tú no tienes corazón para hacer lo que ellos te digan, no les sigas las aguas a ellos, que se lleven todo pero plata no tenemos’, dijo ella”. “Ella me preguntó que qué era lo que le habían hecho al señor Enrique, yo dije que desgraciadamente lo mataron, cuando yo les dije eso a las mujeres, los hombres dijeron ‘A estas malditas también hay que matarlas’; y cuando a la señora Gricy (Griselda) la degollaron, las otras se desmayaron”. Dijo el hombre sobre la muerte de las tres mujeres.
Orozco Cantillo también narra a los presentes en la sala de interrogatorios que los presuntos asesinos le ordenaron amarrar a Betzaida Acevedo y a Sandra Ricardo; “ellos me dijeron amárralas, yo las amarré, cuando yo les dije que al señor Enrique lo habían matado, enseguida, ahí mismo las asesinaron”. Puntualizó el interrogado sobre el crimen. “Cuando ellos hacen eso, me dicen, recoge todo y vete, me pasan unos sacos, en los dos sacos hay huellas del veterinario que mató al señor Enrique… cuando estoy recogiendo vienen y me dicen no recojas nada, agarra tus pelaos y vete, y la ropa que tienes puesta te la quitas y te vas enseguida”, explicó el hombre que señaló que habló con una vecina y le explicó que lo habían sacado pero no podía explicar los motivos del hecho.
Sobre el rompimiento de silencio de Castillo Orozco, el fiscal Elkin Chiquillo manifestó ante el togado que dicha versión será usada en su contra en etapa de juicio. “A el capturado se le dejaron claros sus derechos, él habló y nadie lo mandó, todo lo que él dijo será usado en su contra cuando corresponda la etapa de juicio oral”, dejó constancia el delegado del ente investigador en la audiencia de imputación de cargos llevada a cargo el día de ayer. Investigadores del caso consultados por esta casa periodística señalaron aún se encuentra en verificación la supuesta participación de los vecinos de la finca El Gran Chaparral en el crimen.
primero, me comentó que tenía pensado robar en la casa del viejo ( Herrán Oviedo) y me convidó para que le ayudara en el plan, pero yo le dije que no iba para esa”, leyó ante el togado el delegado de la Fiscalía 11 de homicidios, Elkin Chiquillo Povea.
“No tenemos testimonios directos, porque los únicos que saben lo que pasó dentro de la finca fueron las víctimas y los ahora procesados; sin embargo, gracias a los testimonios y las inferencias podemos determinar su coautoría en estos cuatro homicidios”, agregó el delegado del ente acusador.
‘TODO PLANEADO’. De acuerdo con las autoridades, Eva María, nuera de Betzaida fue la última persona que estuvo en el Gran Chaparral antes del cuádruple homicidio. Ahí notó que Luis Alberto tenían sus cosas empacadas como si pretendieran irse. “Eva le contó a Betzaida que ella pensaba que ellos pensaban irse a escondidas porque habían visto que tenían sus cosas recogidas, y a tempranas horas hicieron limpieza general en la pieza donde ellos vivían”, relató el fiscal durante la audiencia de imputación de cargos.
HUELLAS POR TODAS PARTES. Durante la recolección de material probatorio y evidencias que inició minutos después de haber sido descubiertos los cuerpos, miembros de la unidad de homicidios de la Policía encontraron evidencias de una búsqueda desesperada de elementos de valor. “Había un gran desorden, y se recolectaron huellas dactilares que resultaron coincidir con las de Luis Alberto; dichas huellas no solo estaban en los objetos del lugar sino que Medicina Legal detalló que en la inspección a cadáveres también aparecían huellas que implicaban al hombre”.
NO ACTUó SOLO. El fiscal Chiquillo estableció que “Luis Alberto no pudo haber cometido esos cuatro crímenes el solo. Esta fiscalía aún indaga la participación de otras personas que a diferencia del testigo Alejandro, sí decidieron materializar lo ideado por Castillo Orozco”, puntualizó el fiscal y agregó que no se descarta el pedido de órdenes de judiciales para presentar a más personas y que se establezca su responsabilidad en la masacre.