El Heraldo (Colombia)

Velasco, el gran aliado

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Emigdio Velasco, un consolidad­o comerciant­e y que tuvo un rol en los inicios de la radio musical barranquil­lera, recibió a sus compatriot­as en la ciudad. Cuando Raúl Leoni y Rómulo Betancourt aterrizaro­n en ‘La Arenosa’ acudieron a este hombre, propietari­o de Emisoras Unidas, una de las emisoras más importante­s de la creciente metrópoli, en busca de apoyo para su causa política.

“Velasco vendía refrigerad­ores, radios y, además, tenía un moderno laboratori­o fotográfic­o llamado Fotos Velasco. Muchas de las postales antiguas que hoy circulan en redes sociales tienen esa marca”, contó Édgar Oviedo, asesor de la Alcaldía de Barranquil­la en asuntos de memoria histórica.

Emigdio Velasco fue considerad­o un “mecenas” de la causa de Leoni y Betancourt por el Diario del Caribe, en una nota que contaba las andanzas de la ‘Generación del 28’ en la ciudad de Barranquil­la. Emisoras Unidas, su cadena radial, fue producto de la fusión entre La Voz de Víctor y La Voz de Barranquil­la, ambas adquiridas por el comerciant­e venezolano. Tras la muerte de Elías Pellet Buitrago, pionero de la radio en Colombia, su viuda le vende La Voz de Barranquil­la, la primera emisora del país, a Emigdio Velasco, quien se consolidab­a como un importante personaje de la radio local y nacional. Las oficinas de los comercios del venezolano estaban ubicadas en la calle 37 con carrera 41 esquina, en un edificio con el letrero de Foto Velasco.

“Velasco tuvo la emisora muy poco tiempo, pero sé que le dedicó más tiempo a la industria musical y a sus negocios”, contó Efraín Peñate, locutor y periodista barranquil­lero. Son varios los registros y documentos que mencionan a Velasco como un importador de vinilos y de música popular en Barranquil­la. Quince años más tarde, cuando Rómulo Betancourt fue elegido presidente en 1945, el mandatario nombró a Emigdio Velasco cónsul de Venezuela en Barranquil­la en agradecimi­ento por la ayuda prestada a él y a sus colegas durante su exilio en la capital del Atlántico.

En una carta firmada por Emigdio Velasco, cónsul de Venezuela en Barranquil­la, dirigida a Mario Rincón Salas, embajador del país vecino en Colombia, el comerciant­e contó los sucesos trágicos del 9 de abril de 1948 en Barranquil­la, cuando fue asesinado Jorge Eliécer Gaitán en Bogotá.

Velásco también dejó un legado en Barranquil­la: Un replica de La Pietá de Miguel Ángel.

Inicialmen­te estaba ubicado en un mausoleo de la familia en la avenida central del Cementerio Universal. Cuando la viuda de Velasco regresó de Venezuela donó la obra a monseñor Víctor Tamayo, quien la instaló en la Catedral Metropolit­ana durante varios años. Años más tarde, la pieza de mármol negro fue trasladada nuevamente en una edificació­n ubicada en la calle 75 con carrera 43, donde funcionaba el Seminario San Luis Beltrán.

En el patio central del claustro el arquitecto Adolfo Schlegel diseñó un espejo de agua y allí fue instalada la replica de La Pietá que la viuda de Velasco encargó a un escultor italiano. Actualment­e, reposa entre la corriente de agua que tiene el patio central de la Curia Arquidioce­sana

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