Las escobas nuevas que barren bien en Galán
Son fabricadas en el hogar de la familia Pérez Bustillo, donde producen en un promedio diario 150 de estos elementos domésticos, en la localidad Suroriente.
No es una casa de paja, pero las porciones de este material regados por todas las partes de la vivienda hacen que se vea así. Se trata del hogar conformado por Francisco Pérez y Carmen Bustillo en el barrio Galán, donde se fabrican a diario escobas de ‘palito’ que han ayudado en el crecimiento de la familia Pérez Bustillo y provee al mercado de Barranquilla de un elemento de aseo popular en la región.
“Con este trabajo he sacado adelante a mi familia, le di educación a mis hijos y no nos ha faltado nada”, dijo el hombre de 74 años, mientras seleccionaba un bulto de paja que cortará en la montadora de escobas para comenzar un nuevo proceso cuyo resultado será una nueva de estas.
Desde hace 58 años, escogió el estrecho patio de su casa para confeccionar estas piezas domésticas, las mismas que son apropiadas para barrer en terrenos arenosos, de acuerdo con su explicación.
Desde entonces, todos los días se levanta a las 6:00 a.m. para producir un promedio de 150 escobas de paja, no sin antes pasar precisamente por un proceso que consiste en cortar la paja, emparejarla, adherir el mango de madera a la paja ya confeccionada y luego, con alambres dulce, y ajustar la paja con el madero, lo que garantiza la calidad del material, sin importar la cantidad de basura que la escoba recoja.
De pronto, la cofundadora del negocio y pareja de Pérez, Carmen Bustillo, interrumpe lo expuesto por su compañero “de toda la vida” y lamenta que estos materiales sean complejos para conseguir como hace cinco décadas y media, cuando compraba la materia prima en almacenes del Centro que a estas alturas ya hacen parte de la historia. “Cada vez se hace más difícil fabricar una escoba, ni el palo (de madera) ni la paja se consiguen aquí. Ahora hay que buscarlo (la madera) en Cali y la paja hay que traerla desde El Banco (Magdalena), porque ajá, cómo se hace”, sostiene la mujer mientras guinda desde su cuello una manta curtida del polvillo que expele la madera y la paja al momento de adecuarlas.
Cada cinco minutos se produce una escoba nueva en la casa de la familia Pérez Bustillo, la cual está ubicada en la esquina de la calle 36 con carrera 3A. Después de ese lapso, son amontonadas en una habitación exclusiva para ellas, como antesala para ser distribuidas en el mercado de la capital del Atlántico.
“Dice un dicho que las escobas nuevas barren bien, pero las que hacemos nosotros barren doblemente mejor (risas). Bueno, así dicen los vecinos, que prefieren venir acá a comprarme las escobas y no ir hasta la tienda donde también las venden”, sostuvo Pérez al mismo tiempo en que una gota de sudor le recorría su rostro con una velocidad proporcional al esfuerzo que hacía para ajustar la madera en una paja. Lo anterior lo confirma Stephanie Orellano, una de las vecinas de las escobas famosas de Galán, quien en los últimos meses se ha convertido en clienta fiel del negocio. “No solo es el buen trabajo que hacen, sino que también están generando empleo entre ellos mismos, y eso es algo que hay que destacar de este barrio”, expresó la joven. Pero, curiosamente, en la fábrica de las escobas de ‘palito’ en el barrio José Antonio Galán –como aparece registrado en la Oficina de Participación Ciudadana del Distrito- no se barre. Al menos eso dice su cofundadora Carmen Bustillo.
“No hay tiempo para barrer. Si lo hacemos, al ratico está otra vez el piso sucio de tanto polvorín que entra y por tanta paja que hay en esta casa”, explicó la mujer entre risas.
AMBIENTE DE CARNAVAL
Aunque las escobas de paja no son las únicas que llaman la atención del barrio Galán, en la localidad Suroriente de Barranquilla, también lo hacen las casas alusivas de Carnaval y los bicitaxis decorados con cintas coloridas que hacen entrar en ambiente a este barrio. “Somos carnavaleros y junioristas, por eso no pueden faltar las decoraciones, ya eso es una costumbre y es difícil que se pierda. También es que se ve bonito el carrito con tanto color”, manifestó el bicitaxista José Alzate, quien en cada época de Carnaval transporta a sus clientes con estas características.
Sin embargo, hay situaciones que aquejan a la comunidad a estas alturas del año, cuando el jolgorio invade las calles del vecindario. Las incomodidades tienes que ver con música a alto volumen e inseguridad, según dijo Eliécer Ibargüen.
“Mucha música, mucho relajo, la gente se la pasa parrandeando y hay mucha atracadera”, aseguró el hombre. Por eso pide que las autoridades “barran” con los causantes del desorden, así como las escobas nuevas de la familia Pérez Bustillo barre los desechos que se producen en las casas.