Cafarnaúm
La cinta es un retrato desgarrador de los niños de la calle.
La nueva película de Nadine Labaki, aclamada directora libanesa conocida por Caramel (2007), ¿Y ahora dónde vamos? (2011) y Rock the Casbah (2013), es una profunda reflexión acerca de la realidad que viven tantos niños, víctimas inocentes de precarias condiciones económicas y sociales.
En Cafarnaúm, la historia sucede en El Líbano, pero podría ser en cualquier barrio marginado de los que pueblan tantos países del mundo. Se centra en el caso de Zain (Zain Al Rafeea), hijo de una familia de refugiados sirios, quien se piensa debe tener 12 años, según lo certifica un médico que examina su dentadura.
Zain puede no tener papeles de identificación ni la preparación escolar de otros niños de su edad, pero es ingenioso y asertivo debido a que le ha tocado sobrevivir su miserable existencia, ayudando a sus padres y hermanos económicamente.
Siente adoración por su hermana mayor, a quien trata de proteger a toda costa de caer en manos de un pretendiente varias décadas mayor que ella, como se acostumbra en su entorno. Es esta la razón por la que termina detenido y demandando a sus padres por haberlo traído al mundo, careciendo de medios para sostenerlo.
Cuando, sin otra salida, Zain escapa de casa, encuentra resguardo temporal con una refugiada etíope Rahil (Yordanos Shiferaw), quien trabaja todo el día para lograr legalizar su situación.
Cafarnaúm tiene partes que podrían pertenecer a un documental, y otras, como algunas escenas de la corte, donde el sentimentalismo se excede sin necesidad; porque si hay una realidad cruda y desgarradora que no requiere mas melodrama, es la de estos niños inocentes, que seguro veremos limpiando la ventana de un vidrio en una esquina, a la salida del teatro.
El nombre de la película cuya traducción significa “caos”, también hace referencia a una antigua ciudad olvidada, por lo que se la ha traducido también de esta forma, y no es casual, pues ambos significados hacen sentido y responden a la temática.
Son muchas las películas que han manejado la miseria infantil en el llamado Tercer Mundo, como Los niños del paraíso (1997) de Majid Majidi o Las tortugas pueden volar de Bahman Gobadhi (2004), pero tal vez la que mas nos quede clavada en el corazón sea ésta, y es por ello por lo que ha sido atacada de manipulación emocional.
Haya o no manipulación, lo importante es que el filme nos hace cuestionar temas trascendentales como la religión, el control natal, al aborto, el problema de los refugiados, el tráfico humano, la mano de obra infantil, y el rol del gobierno para solventar estas situaciones.
Es de destacar también la impecable actuación de los niños, en especial el protagonista, quien con este primer trabajo promete desde ya una gran carrera artística. Cafarnaúm ganó el Premio del Jurado en el pasado Festival de Cannes y es una de las nominadas al Oscar como Mejor Película Extranjera.