“Tomás extorsionaba a mi hermano y luego de eso lo desapareció”
La historia de Rolando Rufán Romero Romero, una de las víctimas que se vincula con Tomás Maldonado Cera, presunto asesino serial, tiene detalles como amenazas, extorsión y homicidio con tintes de satanismo. Estos son algunos de los elementos que giraron en torno a este asesinato de Rolando Rufán Romero Romero, quien tenía 31 años, cuando desapareció el martes 2 de septiembre de 2002.
Ingrid Ester Romero Romero, de 53 años, le contó a EL HERALDO detalles del crimen de su hermano Rolando, y las razones de por qué cree que Tomás Maldonado es el responsable de esta muerte.
Rolando Rufán Romero Romero era el menor de seis hermanos, vivía en El Milagro, en la calle 38 No 1F-08, muy cerca de la casa familiar de Maldonado Cera. El apodado como el Satánico cursó el bachillerato con Rolando en el colegio Inem, afirmó la mujer. “Se criaron juntos en el barrio, es más, ese tipo vivía a una cuadra de la casa de nosotros, incluso en la misma acera”, subrayó Ingrid. Cada vez que Tomás necesitaba dinero, ropa, zapatos o perfumes, acudía a Rolando para que se lo diera. “Lo extorsionaba, con qué, no sé, imagino que a mi hermano le daba miedo que lo violentara”. Ingrid Ester también aseguró que al regresar del Ejército, Maldonado volvió al barrio mucho más agresivo, y las presiones sobre su hermano aumentaron. “Él le quitaba de a 20 y hasta 30 mil pesos diarios a Rolando”, aseguró.
A las 7:30 de la mañana del martes 2 de septiembre, Rolando Romero salió de casa a su sitio de trabajo del que solía regresar a las 7 de la noche, pero ese día no fue así. Rebuscando entre las pertenencias de Rolando, su hermana encontró un número telefónico al que llamó y el receptor era bien conocido por ella. “Apenas lo escuché supe que era él (Tomás Maldonado), le pregunté por mi hermano y su respuesta fue diciente”. Con voz presurosa y temblorosa respondió en tono agresivo: “Y por qué me preguntas por tu hermano, yo qué voy a saber, hazme el favor no me vuelvas a llamar”. Desde ese momento Ingrid asegura que este individuo se le hizo sospechoso. El cuerpo sin vida de Rolando apareció degollado tres días después de la desaparición. “El cadáver de mi hermano tenía quemaduras en las muñecas, golpes contundentes en la cabeza, muchas puñaladas en el cuerpo – unas 25- y una horrorosa ‘Z’ marcada en la frente”, fue la descripción de Ingrid. La mujer pide a la justicia que el caso por el crimen de su hermano sea reabierto y que Maldonado “pague por lo que le hizo”.