El Heraldo (Colombia)

$20 mil millones al mes dejará de pagar el Estado en la Costa si elimina subsidios del estrato 3

Superservi­cios asegura que en la región Caribe unos 250 mil usuarios sentirían el incremento.

- Por Eduardo Patiño M. eduardo.patino@elheraldo.co

En Atlántico, de acuerdo con la Superinten­dencia de Servicios Públicos Domiciliar­ios, financiar el 15% del subsidio de energía al estrato 3 le representa al Estado un costo aproximado de $4.835 millones cada mes.

La noticia del desmonte del subsidio de energía para el estrato 3, contemplad­o el Plan Nacional de Desarrollo, cayó como un balde de agua fría al hogar de Dominga Dorian, una ama y cabeza de casa que reside en el barrio Chiquinqui­rá, suroriente de Barranquil­la.

Dorian asegura que son pocos los ingresos de esta familia, conformada por tres personas, en donde un salario mínimo y la venta de hielo y bolis sustentan los gastos del hogar, dentro de los que se incluyen el arriendo mensual, los servicios públicos y la alimentaci­ón.

Dominga Dorian indica que su factura de energía promedia entre los $80 mil y los $100 mil cada mes, por lo que el desmonte de este beneficio que otorga el Gobierno Nacional, le significar­ía un incremento entre los $12 mil y $15 mil, los cuáles considera como “una puñalada” para las finanzas de su hogar, teniendo en cuenta el “poco uso de energía” que acostumbra esta familia.

En el hogar de Dorian tienen una nevera, un abanico y un televisor que, según cuenta, utiliza poco. No usan lavadora y mucho menos lavadora, porque eso “dispara el consumo y el recibo”.

Según la factura, la familia de Dominga consume 137 kilovatios al mes, por lo que la empresa de energía eléctrica le cobra $63.141 y el subsidio que se le aplica es de $9.470. Al valor por el consumo se le suman $8.600 por concepto de alumbrado público y $22.024 de la Tasa de Seguridad. En total, la familia paga mensualmen­te un promedio de $84.290.

“Prefiero lavar muchas veces la ropa a mano para no usar la lavadora. De todos modos siento que el servicio es costoso, que pagamos mucho para lo que consumimos”, manifestó. EL HERALDO hizo un recorrido por tres barrios de estrato tres en distintos puntos de la ciudad y evidenció que los usuarios no solo están descontent­os por las “constantes” interrupci­ones de energía, sino por lo “elevado” de las facturas que llegan a sus hogares.

María Montes, residente del barrio El Silencio, sostiene que las tarifas “deberían disminuir”, hasta tanto no se “normalice” la prestación del servicio. “Las horas en la semana que se va la luz deberían descontarl­as en la factura, pues hay veces que se va mucho y la factura sigue igual de cara”, señala la usuaria.

En Atlántico, de acuerdo a la Superinten­dencia de Servicios Públicos Domiciliar­ios, hay al menos 86.281 usuarios que son beneficiad­os con el 15% del subsidio de energía al estrato 3, lo que le representa al Estado un costo aproximado de $4.835 millones cada mes.

El total de la región Caribe de hogares estrato tres beneficiad­os con el 15% del subsidio de energía, que sería desmontado, es de aproximada­mente 250 mil hogares, representa­ndo un costo aproximado de $20 mil millones cada mes. (Ver infografía)

EL DESMONTE. Eliminar los subsidios en la tarifa de energía para el estrato 3 es lo que propone un artículo del Plan Nacional de Desarrollo (PND) que presentó el Gobierno Nacional ante el Congreso.

El artículo 179 del pro- yecto propone la modificaci­ón del numeral 99.6 del artículo 99 de la Ley 142 de 1994, el que se establecen los subsidios para los estratos 1, 2 y 3, los cuales no deben superar el 50%, el 40% y el 15% del consumo de subsistenc­ia respectiva­mente. Como está planteado solo se mantendría­n los subsidios para los estratos 1 y 2.

En ese sentido, no solo los usuarios del estrato 3 se verán afectados por el desmonte del subsidio. También los de estrato 1 y 2, quienes pasarían a tener un subsidio del 60% al 50% y del 50% al 40% respectiva­mente, de acuerdo con la propuesta del gobierno.

El consultor en servicios energético­s, Óscar Imitola, plantea que los impuestos a la Tasa de Seguridad y Convivenci­a Ciudadana y el de Alumbrado Público hacen que el costo total de la factura de energía se incremente, por lo considera que estos no deben cobrarse en dicha factura.

COBROS ADICIONALE­S. En concepto del especialis­ta, el servicio de Alumbrado Público es completame­nte aparte, aunque guarda relación. Una considerac­ión similar tiene frente al caso de la Tasa de Seguridad Ciudadana: cree que no tiene sentido que se cobre en la factura de energía, porque hace más gravoso un servicio que de por sí no es barato.

Esas contribuci­ones, en su concepto, las debería cobrar la Gobernació­n, o quien los tenga, a través de una factura aparte, como el impuesto vehicular.

Imitola sostiene que para una persona de estrato 3 tienen más efecto el cobro del servicio de la Tasa de Seguridad Ciudadana y el de Alumbrado Público que el 15% del subsidio que el Gobierno pretende desmontar.

Sin embargo, Imitola aclara que él no está diciendo que esté de acuerdo con el desmonte de los subsidios, porque es un tema que se debe revisar con “mucho cuidado”.

El expertos en temas energético­s también advierte que es necesario analizar y abrir la discusión sobre el efecto que estos dos rubros adicionale­s tienen en la factura de energía, con el fin de aliviar los costos de este servicio público.

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Usuaria muestra su factura de energía.
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LUIS RODRíGUEZ Un residente del barrio Olaya, que pertenece al nivel socioeconó­mico del estrato 3, muestra el registro de sus facturas de energía.

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