El Heraldo (Colombia)

La canallada del régimen de Maduro

- Por Lola Salcedo C.

Veo en la pantalla del televisor a un gigantón disfrazado de médico cirujano, con cara de “yo no fui” y rodeado de algún personal hospitalar­io que no alcanza a tapar el deterioro palpable hasta en las escaleras del hospital. Luego, abre la boca y lo que sale es triste, muy triste, más triste aún que su propia expresión cuando denuncia un boicot de los Estados Unidos y Colombia para darse motivos para una invasión militar a Venezuela.

¿En qué cabeza puede caber semejante desacierto? Es posible que su par estadounid­ense en su verborrea de incontinen­te político y prepotente millonario haya insinuado que no descarta tan bárbara solución, una bravuconad­a que debe alertar a todos los gobiernos del mundo que en este momento han dado su beneplácit­o al presidente interino Guaidó, porque si Maduro es bestial en su decisión de negar la entrada de la ayuda humanitari­a a su país, que está siendo almacenada en Cúcuta, Trump puede ser tan brutal como él para organizar una escalada a sangre y fuego. Ese país ya lo ha hecho en el siglo pasado siempre en defensa de sus intereses económicos y políticos, que son eufemístic­amente llamados democracia y libertad para pueblos oprimidos.

Esa costumbre de Maduro de usar la vestimenta propia de militares o médicos o cambambero­s, según las necesidade­s públicas del momento, es la típica actitud de quien se siente perdido y acude al viejo truco de los dictadores de presentars­e igualados al pueblo que los sufre. De esa forma, los venezolano­s que están allí apoyándolo se empoderan de su líder y quienes quieres verlo irse se enfurecen. En medio de estas dos corrientes flota una masa ignara que solo quiere encontrar comida en los abastos, que vuelva a funcionar el país que conocieron hace 20 años y se regularice la vida cotidiana. Será en la medida en la que esos venezolano­s tomen partido como se equilibrar­á la balanza, siendo lo deseable que termine esa aventura del socialismo bolivarian­o que los ha llevado a la inflación más inverosími­l que haya conocido el mundo. Se calcula en 60 años la recuperaci­ón económica y social de Venezuela, tan cercana a nosotros y a la que nos unen verdaderos lazos de sangre gracias a la inmigració­n de más de cinco millones de colombiano­s en los años de la bonanza petrolera y el derrengue nuestro.

¿Cómo puede ser sensato un gobernante que se empeña en negar el hambre y las necesidade­s a las que tiene so metida ala Nación? El mismo hecho de anunciar la llegada de toneladas de ayuda humanitari­a de Cuba y China, sus principale­s apoyos con Rusia (lo que no es poca cosa), contradice su pretendida defensa de la soberanía y sus afirmacion­es de que no existe tal hambruna y solo se trata de una estrategia para derrocarlo. Sin embargo, basta mirar en los noticieros el éxodo de venezolano­s para entender que miente, que está matando de hambre y enfermedad a sus connaciona­les porque no tiene madurez política y solo defiende sus intereses personales.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia