“Nosotras en realidad nos quejamos de los uniformes y del poco apoyo”
está pasando con el fútbol femenino. Nos dan muy poco valor a las mujeres y yo creo que ya estamos cansadas de la situación tan triste que vivimos. A raíz de todas estas inconformidades es que salen a la luz pública cosas que nos han pasado y que por miedo se han callado. Si no hay otra manera de que se nos apoye, hay que empezar a hablar y contar las verdades que no se han dicho.
¿Ha vivido situaciones parecidas como las que denunciaron sus compañeras?
PSí, claro. El trato que se les da a las niñas es muy desigual. Los uniformes que en su momento me daban no eran los apropiados. Eran simplemente los que sobraban de los masculinos. La mayoría eran uniformes muy grandes y nosotros teníamos que acomodarnos a esa situación. La otra cuestión eran los viáticos. No nos podemos comparar con los hombres, pero sí considerábamos que era muy poquito y así es más difícil. En cada viaje no se gestiona el dinero necesario para que estemos cómodas.
R¿Siempre les entregaban uniformes que pertenecían originalmente a los hombres?
PLos uniformes de competencia sí los buscaban talla femenina, pero los de presentación y entrenamiento eran de hombres y obviamente no nos quedaban. Todo eso era algo que nos incomodaba, pero nosotras no nos podíamos quejar porque nos entraba el miedo de que nos podían llamar la atención. Siempre ha habido un temor para decir esas cosas. No todas las chicas se atreven a hablar
Rpor seguir dentro de la Selección.
¿Es cierto que hay mujeres que las han dejado de convocar por emitir una crítica hacia la Federación Colombiana de Fútbol?
PSí, hay varias. Hablar es una carta en contra de uno porque ya se echa de enemigo a los dirigentes de la Federación o al técnico. Está el caso de Daniela Montoya. Ella habló, dijo las cosas que no le gustaban y no fue convocada al Mundial de Canadá. Nosotras en realidad nos quejamos es de los uniformes y del poco apoyo monetario. A las mujeres nos quieren dejar sin fútbol. Es más que obvio que la Liga Femenina la quieren acabar. Lo bueno es que las chicas han empezado a contar todas las irregularidades.
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