Las siete vidas del Cari
El viceministro de Salud, Iván González, durante su reciente visita al Hospital de Alta Complejidad llamó a las autoridades a indagar sobre los responsables de la crisis por la que atraviesa la institución de salud.
Lo que vio el viceministro de Salud, Iván González, en su recorrido del miércoles por esa inmensa mole que es el Hospital Cari de Alta Complejidad, lo dejó perplejo. Sin duda el manejo gerencial de los últimos años no ha sido el mejor. Por eso, revestido de su cargo, el funcionario llamó a las autoridades a indagar sobre los responsables de la crisis.
Para rematar, González soltó frases irónicas relacionadas con quienes manejaron las riendas de la institución en los últimos años y anotó, que lo visto por él, era indignante. No es para menos. A finales del año pasado la cartera morosa era de $60 mil millones y los pasivos de $80 mil millones. En septiembre de 2017 el Cari cerró 104 camas y 20 servicios médicos más de los clausurados en ese mismo año. Una real crisis hospitalaria. Y así, poco a poco, vino de mayor a menor, en cascada y en rojo. Entonces viene ahora una larga lista de interrogantes sobre la suerte del que fue en su momento el hospital público más importante y completo de la región. Un retrovisor optimista recuerda una institución de primera categoría, preparada para atender a diferentes sectores de la comunidad. Era, sin lugar a dudas, el más amplio y mejor equipado del Caribe, después de su reestructuración en 2006. Al Cari llegaban pacientes de diferentes municipios del Atlántico y de los departamentos aledaños por su moderna dotación y buen servicio. Pero la batalla no se ha perdido. La nueva administración del hospital busca el músculo financiero para darle el oxígeno que se necesita. Por lo pronto el viceministro, aunque riguroso en sus críticas como debe ser, abrió la posibilidad de una inyección financiera en el marco de los lineamientos del gobierno central.
Tal vez una de las frases más importante del viceministro de Salud fue la relacionada con la necesidad de una aspiración misional para volver el Cari un instrumento que sirva a la gente. Tal cual como comenzó, como era su espíritu de servicio, como lo crearon sus fundadores, como lo mantuvo el Estado y como fue reestructurado con una cuantiosa inversión hace 12 años. Plan de choque, de transición y de largo plazo parecen ser los ingredientes que darán la fórmula magistral para proporcionarle otra vida al Cari, con el necesario y oportuno acompañamiento del Ministerio, bajo la responsabilidad del gobernador Eduardo Verano De la Rosa.
Pero la batalla no se ha perdido. La nueva administración del hospital busca el músculo financiero para darle el oxígeno que se necesita.