Pindanga, Bogotá
P.: ¿Quién es Pindanga? Fello el Mello, B/quilla R.: Como bien conocemos, Pindanga es un invento de Marcos Pérez Caicedo, el notable locutor costeño, el de la voz insuperable. La palabra, inserta en la popular frase “Se lo llevó Pindanga”, se refiere al diablo. Su pronunciación evoca la pronunciación de Mandinga, el nombre de Satán en ciertas zonas americanas, pues los dos vocablos comparten, excepto sus iniciales, siete de sus ocho letras, cinco de ellas en la misma posición, es decir, son casi un anagrama, lo que indicaría –sigo
especulando– que en la imaginación de Marcos Pérez, Pindanga era el mismo Mandinga. Este último término procede de un grupo étnico de África occidental, muchos de cuyos miembros fueron arrastrados como esclavos hasta América. Aquí, por sus creencias, ritos ancestrales, conocimientos prácticos, actividades y apariencia fueron asociados al diablo y a la brujería. “Se lo llevó Pindanga” se emplea para indicar que algo terminó o terminará mal. Por ejemplo: “Si James permanece en el Real Madrid se lo llevará Pindanga”.
P.: ¿Por qué Bogotá es la Atenas Suramericana? Luis Aya, Bogotá
R.: Que Bogotá es o fue la Atenas Suramericana solo es paja y patriotería, una ilusión extravagante. En el siglo XIX, cuando surgió el apelativo, la ciudad era apenas algo más que una aldea, muy distante del auge y las luces de Buenos Aires y de Ciudad de México, donde las artes sí que fulguraban. No obstante, como en su historia Bogotá ha tenido destellos y unas cuantas de sus élites en esa centuria eran cultas en términos generales, pues tenían inquietudes, se reunían a conversar e inventaban cofradías (recordemos La Gruta Simbólica), un viajero argentino, Miguel Cané, le dio el honroso título. Esto coincide con la apreciación de Unamuno en cuanto a que la cultura es un fenómeno de comunicación entre individuos, que se produce conversando en reuniones o en los crepúsculos veraniegos –él era europeo–, época en la que hasta horas avanzadas la gente pasea, se congrega, dialoga, se enamora, dibuja, canta…
Nota: A propósito de mi respuesta sobre el porqué del nombre “Serie Mundial de Béisbol”, desde Quito me escribe el barranquillero José A. Moreno A.: “La Serie Mundial de Béisbol fue llamada así porque una publicación beisbolera de Nueva York patrocinó una serie de juegos finales entre los ganadores de las ligas Nacional y Americana, que denominó The World Series. Tiempo después, el comisionado de béisbol de Estados Unidos –máxima y casi única autoridad en este menester– adoptó ese nombre como World Series. Periodistas como Buck Canel, Felo Ramírez, Pancho Pepe Cróquer y nuestro Marcos Pérez se encargaron de popularizar en el Caribe la Serie Mundial. No busco rectificar nada, sino contribuir en algo a la verdad que merece un juego, con justicia llamado el ‘rey de los deportes’, pues, al fin y al cabo, su origen es el cricket, que practicaban, y practican aún, miembros de la realeza británica”.