El Heraldo (Colombia)

Salamanca: una isla por descubrir

El área posee una extensión de 56.200 hectáreas que la hacen atractiva durante todo el año para investigad­ores de la región.

- Por Jesús Blanquicet

La Isla de Salamanca, declarada como parque nacional en 1964, alberga cuatro de las 5 especies de mangles que existen en el país. Un recorrido por la isla permiLos te observar ciénagas y playas en las que habitan 98 especies de invertebra­dos, 9 de anfibios, 35 de reptiles, más de 140 de peces y 199 de aves migratoria­s.

Una extensión de tierra donde confluyen las aguas dulces del río Magdalena y las salinas del mar Caribe. Un terrero que alberga decenas de islas que conforman un delta. Un área que sus conocedore­s la denominan como el ‘aeropuerto Internacio­nal de las Aves’, por la importanci­a que tiene para la conservaci­ón de estas especies.

Este es un espacio que alberga una larga barrera de arena donde finaliza el río Magdalena, si se ve desde el ‘Google Earth’, a un cliqueo el zoom de inmediato identifica la zona como “el Vía Parque Isla de Salamanca (Vipis)”, lugar donde las brisas cálidas del Caribe ha dado paso a la formación de dunas parcialmen­te cubiertas con una vegetación xerofítica y más de 12.000 hectáreas de manglares que conforman uno de los ecosistema­s de mayor importanci­a en el mundo.

Todas esas caracterís­ticas son visibles desde Barranquil­la. La zona emerge desde la margen derecha del río y llegar hasta allí no es complejo, resulta más fácil de lo que muchos pueden creer.

Si se sale desde Barranquil­la se debe tomar un bus en la calle 17 con destino al pueblo de Palermo, el viaje tiene un costo de $1.700, al llegar a este lugar se contrata el servicio de una moto que por $3.000 lleva al turista hasta la entrada del parque. Los guías recomienda­n hacer un pacto con el motorizado para que cuando se disponga a regresar este lo busque a la entrada del parque y lo regrese a Palermo.

Otra opción es tomar un bus en la calle 17 con des

tino a Santa Marta y pactar con el conductor que lo deje en la entrada del parque. El costo podría ser de $7.000. Otra de las alternativ­as es llegar en vehículo propio.

Si el turista viene de Santa Marta, puede tomar un bus que se dirija a Barranquil­la y bajarse en el sector de Los Cocos. El costo del pasaje puede ser de $12.000.

UN RECORRIDO. De las 56.200 hectáreas de área protegida solo un aproximado del 5% de la extensión del parque es turístico, el resto es área virgen destinada para la conservaci­ón e investigac­ión.

Al llegar, el visitante es atendido por Lina María García, bióloga del parque y encargada de la investigac­ión, quien explica de manera didáctica la importanci­a del Vipis es un área.

“Esto es insuperabl­e en el país, no solo por ser la única vía-parque, sino por todos los componente­s marinocost­eros que hacen del ecosistema un lugar que también se convierte en una fábrica de oxígeno para Barranquil­la”, dice la mujer con una sonrisa en su rostro.

La isla de Salamanca fue declarada en 1964 como parque nacional y recibió la denominaci­ón de ‘Vía Parque’ porque permite a los visitantes observar bosques de manglar, ciénagas y playas desde la carretera que comunica a Barranquil­la con Santa Marta.

La biodiversi­dad presente en el parque hizo que en 1998 la zona fuera declarada como sitio Ramsar (tratado que respalda la conservaci­ón y el uso racional de los humedales y sus recursos); y en 2000, como Reserva del Hombre y la Biosfera por la Unesco.

Los interesado­s en realiecotu­rismo en la zona deben tener en cuenta que la única entrada terrestre habilitada está en el sector Los Cocos, km 11 de la Vía Barranquil­la-Ciénaga. En esta zona se encuentra ubicado el centro administra­tivo del parque; además de un centro de conferenci­as con capacidad para 30 personas; un museo de interpreta­ción ambiental, cuatro senderos terrestres y uno acuático.

Lo anterior compone la oferta turística que ofrece el Vipis a sus visitantes, que oscilan entre 80 y 160 personas en promedio mensual.

Un gran porcentaje de los visitantes son investigad­ores, especialme­nte ornitólogo­s (persona que estudia las aves) provenient­es de Japón, China, Francia, España y Estados Unidos, pero entre octubre y enero, las visitas se incrementa­n debido al invierno nórdico o austral que hacen que las aves migren y se concentren en esta zona del país.

A pocos metros de la entrada del parque están ubicadas las vallas que indican el inicio de los cuatro senderos terrestres del parque: El Maglar, El Cocodrilo, Los Cangrejos y El Clemón. Recorrerlo­s todos toma dos horas aproximada­mente con la compañía del intérprete ambiental que dirige la exploració­n ecológica.

Durante el recorrido por el sendero El Manglar, el guía, en este caso la bióloga García, hace una inmersión real y conceptual en la cadena biológica del ecosistema de bosque de manglar. El recorrido de unos 150 metros se realiza sobre un puente de madera y se aprecian los diferentes tipos de mangles.

“Acá podemos encontrar cuatro de las cinco especies de mangles que existente el país: el salado, el amarillo y el rojo y zaragoza, debido a los componente­s del agua entre dulce y salada. La especie de piñuelo está en otro tipo de bosques”, detalla García.

Estas especies ocupan el 21% de las hectáreas del parque, sumada a otras vegetacion­es como tarullas, matorral espinoso, vegetación de agua dulce y arbustos típicos de un suelo semiseco tropical.

Una vez en el sendero El Cocodrilo, el visitante realiza un recorrido a trazar

LINA MARÍA GARCÍA Bióloga del Vipis “El ecosistema que hay en toda esta zona es insuperabl­e”.

CARLOS BARRAZA, Trabajador del parque “En el parque existen 33 especies de mamíferos”.

ARCADIO ALTAHONA Guía del parque “Cada año se realizan hasta 4 investigac­iones en el parque”.

vés de una representa­ción de las cinco ecorregion­es de Colombia. Allí se puede apreciar el hábitat del caimán aguja, una especie amenazada que está presente en varias regiones del país.

“Este recorrido permite observar especies de cocodrilos, huevos y conchas de estas espacies, además de otras especies. El parque posee 98 especies de invertebra­dos, 9 especies de anfibios, 35 especies de reptiles, más de 140 especies de peces, 199 de aves, muchas de ellas migratoria­s, endémicas y residentes”, señala la especialis­ta.

Carlos Barraza, una de las 31 personas que trabajan en el parque, acompaña el recorrido y explica que también existen 33 especies de mamíferos que indican la diversidad del parque. Igualmente se observan refugios de especies declaradas en peligro de extinción.

“Podemos encontrar una variedad de elementos que ayudan a comprender la importanci­a de los diferentes ecosistema­s que hay en el parque. Acá hay chigüiros, hurones, gatos pardo, zorros chucho y ratas de anteojo”, dice Barraza.

El recorrido por el sendero Los Cangrejos permite conocer la vida de los reptiles de Salamanca, en un “ecosistema frágil”, donde el cangrejo violinista se fusiona con el mangle, también se pueden ver reptiles como ranas, culebras e iguanas. Según la época del año se observa la Laguna de Colores. Por recomendac­ión de los guías, el recorrido es mejor realizarlo en horas de la mañana.

Y por último el recorrido terrestre por El Clemón, en el cual se fusionan aspectos de astronomía, antropolog­ía y naturaleza, es dónde los visitantes pueden conocer, además, aspectos relacionad­os con actividade­s de los antiguos pobladores de esta zona del parque, las cuales se incorporan creando un espacio de encuentro con la naturaleza y la historia de nuestros ancestros.

VISITA ACUÁTICA. Árboles con alturas de hasta 30 metros se abren paso por el sendero acuático dispuesto para los turistas del parque.

Arcadio Altahona, con más de 20 años vinculado al parque, realiza diariament­e recorridos de prevención y vigilancia. Enciende el motor de la lancha y se adentra por el camino cubierto de tarullas y plantas acuíferas.

El primer recorrido lleva a los visitantes por el Caño Clarín Viejo, un complejo caudal de vegetación acuática recuperado en 2016 por Corpamag, que permite observar una vegetación más amplia acompañado de los sonidos de las aves.

El recorrido permite adentrarse al caño El Dedo, donde un sistema de manglares negros exponen sus raíces que protegen a la zona de la erosión costera, y se convierten en un barrera natural contra los fuertes brisas, maremotos y tsunamis, explica la bióloga García.

“Es importante el valor de estas especies en esta área, no solo es refugio de los cangrejos, peces, almejas y aves, sino que también protege a la misma naturaleza ante sus condicione­s climáticas”, dice la especialis­ta.

Desde la parte trasera de la embarcació­n, Altahona acompaña la explicació­n de la bióloga y señala que los manglares ayudan a “filtrar” la contaminac­ión del agua que puede llegar a loa zona.

Del agua sobresalen unas raíces pertenecie­ntes a las especies de los neumatófor­os que permiten a las plantas respirar aire en los hábitat con suelos anegados.

“Toda esta diversidad permite que cada año se realicen hasta 4 investigac­iones, todas con el fin de entender el ecosistema complejo en esta zona del país, donde el agua dulce se mezcla con la salada, donde el delta del Magdalena permite estos canales”, señala Altahona.

El recorrido acuático permite ver la extensión de la Ciénaga de El Medio, uno de los cuerpos de agua más grandes del parque, después de Cuatro Bocas y El Torno.

La lancha también se desplaza por el Caño de Manatí y sale en la ciénaga con el mismo nombre. Durante el recorrido se pueden apreciar diferentes tipos de aves como el águila cienaguera, águila caracolero, pájaros garrapater­os y cientos de termiteros.

“Las aves son indicadora­s de que el área esta buena en salud, es la sabiduría de la naturaleza. Llegan acá por que consiguen alimentos y refugios que les permiten mantenerse acá por meses”, dice la bióloga.

El colibrí cienaguero y el caimán aguja representa­n las únicas dos especies endémicas del parque. “Hacemos constantem­ente investigac­iones con la fauna y flora del parque. En uno de esos estudios pudimos determinar que el Vipis es el único lugar en el mundo que contiene la mayor concentrac­ión de el colibrí reinita (especie migratoria)”, detalla García.

La pesca masiva está prohibida, solo está permitida un tipo de pesca para subsistenc­ia. “Los habitantes de las comunidade­s aledañas tienen permitido pescar en estas ciénagas, pero no pueden hacer del ejercicio algo comercial”, señala Altahona.

El recorrido por el sistema acuático demora unos 45 minutos, donde el sonido de las aves y el chasquido de las hojas de los arboles conforman la banda sonora del Vipis.

Una vez terminando el recorrido sobre los diferentes escenarios que ofrece el parque, los visitantes tienen otras alternativ­as de entretenim­iento en armonía con la naturaleza como picnic, lecturas y juegos de mesa en zonas dispuestas para tal fin.

“En la Isla podemos encontrar cuatro de las 5 especies de mangles que existente el país”.

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ORLANDO AMADOR
 ?? FOTOS ORLANDO AMADOR ?? Uno de los guías del parque realiza junto con el equipo de EL HERALDO un recorrido acuático.
FOTOS ORLANDO AMADOR Uno de los guías del parque realiza junto con el equipo de EL HERALDO un recorrido acuático.
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Este tipo de actividad está diseñada especialme­nte para equipos de investigac­ión dedicados al estudio de plantas acuáticas. El recorrido aun no esta tarifado para todo público.
RECORRIDO ACUáTICO. Este tipo de actividad está diseñada especialme­nte para equipos de investigac­ión dedicados al estudio de plantas acuáticas. El recorrido aun no esta tarifado para todo público.
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Durante el recorrido acuático se puede apreciar la magnitud de los cuerpos de agua del parque y de la gran variedad de plantas y manglares existentes en toda el área.
SISTEMA DE LAGUNAS. Durante el recorrido acuático se puede apreciar la magnitud de los cuerpos de agua del parque y de la gran variedad de plantas y manglares existentes en toda el área.
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El recorrido por esta zona del parque se realiza sobre un puente de madera que tiene una longitud de 150 metros. Durante el paseo hay zonas para el avistamien­to de aves.
SENDERO EL MANGLAR. El recorrido por esta zona del parque se realiza sobre un puente de madera que tiene una longitud de 150 metros. Durante el paseo hay zonas para el avistamien­to de aves.
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LOS SENDEROS. El área del parque posee zonas de interpreta­ción ambiental, cuatro senderos terrestres y uno acuático. En la foto de arriba se puede apreciar una estructura que es utilizada para el avistamien­to de aves.
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