Otros debates jurídicos que antecedieron al caso de ‘Chucho’
La discusión alrededor del oso de anteojos que vive en el Zoológico de Barranquilla ha recordado casos como el de la chimpancé Cecilia.
Cinco horas y media duró la audiencia desarrollada el pasado jueves en la Corte Constitucional. Cinco horas y media en la que las palabras más mencionadas eran Chucho, Habeas Corpus y sujeto de derecho. Tiempo en el que 20 voces presentaron su postura, hablaron desde su posición y luchaban por un individuo, en este caso un oso andino de aproximadamente 24 años.
Chucho es, sin duda, noticia en todos los medios. Como lo fue Cecilia, una chimpancé en Argentina y como lo han sido diversos ríos en el mundo, incluyendo Colombia. Su caso, que se remonta a un Habeas Corpus redactado por el abogado Luis Domingo Gómez pidiendo la libertad del individuo que actualmente se encuentra en el Zoológico de Barranquilla, ha traído a colación múltiples casos de este debate. ¿Son los animales no humanos sujeto de derecho?
“Una especie como Chucho debería bajo cualquier circunstancia contar (...) Entonces debe ser designado como persona. Para esto le da la capacidad de tener derechos legales para proteger sus intereses más fundamentales. Por
lo tanto, este tribunal puede reconocer que Chucho, un oso de anteojos, sea una persona jurídica titulada al derecho legal fundamental de la libertad corporal protegida por el Habeas Corpus”, aseguró Steven Wise, presidente de Nonhuman Rights Project y quien brindó su postura en la audiencia pública del caso a través de un video.
“Una especie de florecimiento sin comprometerse a reconocer necesariamente que Chucho tiene algún otro derecho legal”, agregó.
Por su parte, Carlos Mendoza, representante de la Fundación Botánica y Zoológica de Barranquilla, aseguró que “la decisión de tutela que se revisa ahora resulta de suma importancia para la Fundación Botánica y Zoológica de Barranquilla y para todas las instituciones que hacen parte de la estructura de conservación animal alrededor del mundo porque las reivindica como entidades con capacidad para brindar bienestar”.
Además de los ejemplos mencionados durante la audiencia, muchos expertos coincidieron en la necesidad de la restructuración del programa de conservación del oso andino en Colombia, elaborado en 2001.
“Un gran ejercicio que tenemos que hacer es sentarnos con ese plan de acción que además se escribe en un momento diferente del país, pues se escribe en 2001 y estamos en 2019, en una etapa de posconflicto donde las condiciones cambian”, dijo en su intervención Orlando Feliciano, del Santuario del oso de anteojos.
Mientras que, en la misma línea, Daniel Rodríguez, biólogo de la Fundación Wii afirmó que “necesitamos también tener un protocolo específicamente para osos por decomiso que ponga dinero en efectivo por ese asunto. No es solamente que recojamos el oso y que la autoridad encargada administradora del oso vaya y lo ponga en un sitio y se desaparezca (...) La alimentación de un oso mensualmente cuesta alrededor de un millón de pesos (...) Nos hace falta esa responsabilidad institucional”.
Un debate que trasciende lo legal, se mezcla con lo científico y acapara la atención de todos.