El Heraldo (Colombia)

¡Qué animales!

- Por Roberto Zabaraín

Qué angustia! La Corte Constituci­onal decidiendo su destino. Como cabe secuestro y desplazami­ento forzado, fijo dará traslado a la Suprema de Justicia, sin perjuicio de compulsa de copias a la fiscalía para una eventual orden de captura, y remitan al Consejo de Estado para que defina un posible choque de trenes. Se supo que Uribe pasó por aquí a visitarlo, Jaime Amín y Méisel alguna vez se pronunciar­on a su favor, se sospecha es del Centro Democrátic­o, así que puede esperarse lo peor, como con Arias. ¡Pobre Chucho! Él está aquí feliz, pasando su viudez con novia nueva, y lo quieren perturbar.

Hay esperanza: Los grupos protectore­s de animales andan tan pilosos que hasta a un habeas corpus acudieron; puede que Vivanco se pronuncie al respecto, y también que el ministro de ambiente, quien ya asistió a la audiencia, logre que desde Palacio se envíe un mensaje de urgencia;

los entes judiciales dicen andar dizque muy ocupados, y el tema terminaría en un sí pero no como lo de los toros en Bogotá, así que a Chucho, cuya vida no es más de 30 años, esperando aquí con la novia le podría, como a Júbiz Hazbún, llegar un fallo post mortem.

El tema está tan candente, que ha surgido un nuevo movimiento animalista que lucha por excluir de nuestra vida a otras especies que por aquí pululan. Por ejemplo los lagartos, que los hay de todos los tamaños y colores, aparecen por temporadas, y se cuelan en rincones y reuniones del poder, haciendo bulla, para destacarse. Piden también se deje por fuera a los micos, que pese a que tratan de pasar desapercib­idos, los incorporan de todo tamaño y que, aunque aparecen a veces en resolucion­es y decretos oficiales, les han trasladado su hábitat a Congreso, Asambleas, y Concejos.

Especial trato al conejo, que piden no se repita su manipulaci­ón, sobre todo en cuanto a resultados plebiscita­rios, y de promesas y acuerdos para escoger candidatos e integrante­s de Comisiones. También los sapos, que Santos por las Farc hizo tragar demasiados, arriesgand­o la especie. Los liberales se esfuerzan para que se consienta a los elefantes: Ya a Samper se le coló uno a sus espaldas, y logró que se le pasaran por alto los graves daños que produjo, que con tal antecedent­e a Santos entonces le irrumpió una manada, prietos elefantes brasileros, y otras categorías.

Los delfines, que cuando son foráneos piden expulsarlo­s por invasores, que su afán evidente de colarse donde no encajan, incomoda a los propios. De las ratas, ni hablar; nos tienen invadidos, hasta aprendiero­n a contar billetes, eso sí, siempre y cuando estén en bolsas de papel.

Aunque menos abundantes, también tenemos cangrejos; dicen que a Duque le encantan, porque no caminan de frente sino de ladito, y a veces pa`tras. Es nuestra fauna, y toca zafarla. Porque cuando se incorpora a la vida política, se torna depredador­a.

Coletilla triste: Muy lamentable la ausencia de Yamil Sabbagh Solano. Además de magnífico ingeniero y serísimo constructo­r, Jimmy era por esencia poseedor de todas las virtudes humanas. Paz en su tumba.

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