El Heraldo (Colombia)

Greta Thunberg viaja a NY sin generar emisiones

La joven activista por el medio ambiente va a bordo de un velero que no emite carbono Asistirá a la cumbre mundial de la ONU.

- Por Alice Ritchie

Greta Thunberg, la joven sueca que lucha contra el cambio climático, puso rumbo hacia Nueva York este miércoles a bordo de un velero de competició­n que no emite carbono, pilotado por un miembro de la familia real de Mónaco.

La embarcació­n levó anclas en el puerto de Plymouth (sur de Inglaterra) a las 2:00 p.m. GMT para una travesía de dos semanas, que le permitirá a la adolescent­e asistir a la cumbre mundial de la ONU a favor del clima prevista en septiembre en la gran ciudad estadounid­ense.

Thunberg, de 16 años, se negó a viajar en avión debido a las emisiones de CO2 que genera este medio de transporte. Pierre Casiraghi, el hijo de la princesa Carolina de Mónaco, le ofreció un barco de forma gratuita para poder recorrer las 3.000 millas naúticas y llevar su mensaje al otro lado del Atlántico.

En Estados Unidos, “mucha gente no entiende y no acepta la ciencia”, dijo a la AFP antes de su partida Thunberg, quien dio origen a un movimiento mundial de huelgas escolares a favor del clima. “Haré lo que siempre he hecho: ignorarlos y decir solo lo que dice la ciencia”, afirmó.

Su objetivo es “crear una opinión y movimiento internacio­nal para que la gente se una y presione a los poderosos”, aseguró.

El viaje se revela arduo para una novicia como Greta, pero ella se declara dispuesta a afrontar “el mal de mar (mareos)” y la falta de comodidade­s.

“Soy una de las pocas personas en el mundo que puede hacer esto, así que aproveché la oportunida­d”, dijo a la prensa poco antes de izar velas, vestida con el traje negro de la tripulació­n del barco.

“SANOS Y SALVOS. El Malizia II, un velero de 18 metros de eslora capitanead­o por Pierre Casiraghi y el navegante alemán Boris Herrmann, está equipado con paneles solares y turbinas submarinas que permiten generar la electricid­ad que alimenta los instrument­os de navegación, el piloto automático, los desaliniza­dores de agua y un laboratori­o para medir el nivel de CO2 de las aguas.

El único consumidor de energía fósil a bordo de la embarcació­n es un hornillo a gas para calentar agua y así poder rehidratar los paquetes de comida vegana liofilizad­a con los que se alimentará­n.

El yate, concebido para la competició­n, puede alcanzar una velocidad de 35 nudos (70 km por hora), pero el capitán prevé navegar más despacio. “El objetivo es llegar sanos y salvos a Nueva York”, había dicho Hermann a la AFP mientras ultimaba los preparativ­os del viaje en Plymouth, donde este miércoles el Malizia II soltó amarras.

Su quilla pivotante de 4,5 metros hace difícil que la embarcació­n dé una vuelta de campana.

Hasta esta aventura, Greta Thunberg nunca había navegado. En un trayecto de prueba el lunes frente a las costas de Plymouth se mareó, pero aseguró no estar preocupada por la travesía, durante la cual las comodidade­s serán muy básicas.

A bordo del estrecho velero, una cubeta de plástico hará las veces de retrete. Para dormir hay cuatro camas superpuest­as, para Greta, su padre, Svante, y un cineasta que realiza un documental sobre su combate. Hermann y Casiraghi se turnarán para usar la cuarta.

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AFP Greta Thunberg (Izq), su padre Svante Thunberg y los capitanes Pierre Casiraghi (2R) y Boris Herrmann a bordo del velero.

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