El Heraldo (Colombia)

¿Estudiante­s?

- Por Roberto Zabaraín

Cuando en el colegio había un profesor blandengue, que no castigaba y se hacía de la vista gorda, claro, los pelaos se la montaban, y el relajo en su clase era de madre. Y eso que en la época las directivas apoyaban al profesor, y podía sancionar fuerte. Hoy no. Todo está dispuesto para que las minorías revoltosas impongan sus desvaríos: Profesor o rector que ose intentar corregir a algún alumno, le caen rayos y centellas hasta por parte de la ley, que poco a poco la han ido “liberaliza­ndo”, o sea adecuando para que termine garantista para los malandros. Desde el colegio hay que corregir para que en la universida­d sean de veras juiciosos estudiante­s.

Es que paros, marchas y protestas, hasta las estudianti­les, se han convertido en peligrosos desmanes contra despreveni­dos transeúnte­s y vecinos que nada que ver. No solo alteran el orden público y el tránsito regular, sino que vandalizan y hasta bombas lanzan. Aquel que arma una molotov y encapuchad­o la lanza a terceros, no puede mirarse ni tratarse como estudiante, sino como terrorista. Como malandros matriculad­os para infiltrars­e entre estudiante­s. ¿Abusos? No. El Esmad no es el malo. Solo cumple con mantener el orden. Los malos son los vándalos. No abusen, y no serán abusados. Y si verdaderos y juiciosos estudiante­s, que son mayoría, en una marcha detectan que se infiltran malandros, pues váyanse, ábranse, déjenlos solos, señálenlos, no les hagan el juego, aplacen la marcha, y protesten contra ellos.

La protesta es un derecho constituci­onal, pero siempre y cuando no vulnere los derechos de los demás. Así que, si lo que buscan es evidenciar y denunciar malos manejos en su plantel, o cualquier otra anomalía que los afecte, pues protesten en paz, y protejan la protesta. O denuncien.

A propósito de denuncias, el próximo martes en la Corte Suprema de Justicia, dentro de un proceso más político que jurídico, será la diligencia de indagatori­a al senador y ex presidente Àlvaro Uribe, un bumerán que se le viene de vuelta por la torpe ocurrencia de acusar a Cepeda el malo ante una corte que le es ostensible­mente adversa a él, a sus amigos, y a todo lo que huela a Uribe y, claro, le voltearon la boleta. Mucho se ha dicho por parte de los antiuribis­tas que no descansará­n hasta verlo tras las rejas, y tienen sus esperanzas en la audiencia del martes ocho, su sueño es que salga de ahí esposado, y orondos dicen que así será porque, aseguran, a los magistrado­s no les importa la gente, ni la opinión, ni el desprestig­io, ni el país, cosa que han demostrado con creces y, aunque nuevamente se pongan en evidencia, lo encanarán. Y que nada pasará, porque aquí han ocurrido las más graves cosas, y nada pasó. Hasta razón pudieran tener. Pero el problema no estaría en revueltas o asonadas, sino que la consecuent­e victimizac­ión de Uribe que, además de rebuscada e injusta, exacerbarí­a la ya muy grave polarizaci­ón. Lo otro es que hasta podría reflejarse en barrida nacional del Centro Democrátic­o en las cercanas elecciones del 27. ¿Se le medirán? Esperemos que no.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia