El Heraldo (Colombia)

Caterine Ibargüen y Yulimar Rojas, otra vez cara a cara

La colombiana y la venezolana se miden en el salto triple.

- Por Diego Reinares

Venezuela y Colombia frente a frente, una vez más, por el trono del triple salto. La favorita venezolana Yulimar Rojas, autora del segundo mejor salto de la historia, y la colombiana Caterine Ibargüen, cuyo estado tras una operación es la gran incógnita, se preparan para su pulso en el Mundial de Doha.

Su primera salida a la pista será hoy, en la ronda de clasificac­ión, buscando el billete para la final del sábado.

¿En qué estado llega Ibargüen a este Mundial? Es la gran pregunta que lleva semanas en el aire, después de la operación por una fascitis plantar que le obligó a bajarse en marcha del tren de los Juegos Panamerica­nos Lima-2019, donde Rojas se colgó un oro casi sin oposición.

Ibargüen, de 35 años, sólo ha disputado un concurso desde entonces.

Renunció a defender su corona en el triple salto en la final de la Liga de Diamante en Zúrich y sí que viajó a Bélgica unos días después para la final del salto largo en el prestigios­o circuito de las principale­s reuniones, donde también defendía la corona de 2018. Pero en la pista del estadio Rey Balduino apenas pudo ser octava en esa prueba, disparando las alarmas a tres semanas del Mundial, en el que está inscrita en dos pruebas, el triple salto y el salto largo.

Esa misma noche del 6 de septiembre, Rojas competía en la reunión de Andújar (Andalucía, sur de España) y se imponía con un espectacul­ar 15,41 metros, superando de golpe en treinta centímetro­s su mejor marca personal, que era el 15,11 que unas semanas antes le había permitido proclamars­e campeona panamerica­na.

Rojas parece ya en la rampa de lanzamient­o hacia el récord mundial de la ucraniana Inessa Kravets (15,50 m en Gotemburgo, Suecia, el 10 de agosto de 1995).

Todo apunta a que la medalla dorada tiene muchas opciones de terminar colgada de su cuello, igual que en el anterior Mundial de Londres-2017 y como en los dos últimos Mundiales bajo techo, pero Rojas es consciente de que Ibargüen nunca pone las cosas fáciles.

En la final olímpica de Río, Ibargüen ganó a una joven Rojas, que se tomó la revancha un año más tarde en el Mundial londinense.

“Los duelos entre Caterine y yo siempre son emocionant­es, Caterine salta por encima de mi marca, luego vengo yo y salto por encima de la suya, o al revés. Colombia contra Venezuela, dos países hermanos. Cuando se da es un gran duelo y una gran competenci­a”, afirmó Yulimar Rojas.

“Ella es el poder de Colombia, la garra, el coraje. Su carrera es brillante. Yo la admiro mucho y en mi carrera me gustaría superar lo que hizo ella y seguir trabajando para mejorar lo que marca mi entrenador, Iván Pedroso”, apuntó. ZAMBRANO LA APOYA. En el caso de Ibargüen, desde la preocupaci­ón por su estado en Bruselas, los mensajes son de cautela, pero también de ilusión.

“Ella es la reina de esto, se lo va a ganar. Tiene una sonrisa muy linda y una motivación muy grande, lo va a dar todo por una medalla para Colombia”, decía el martes el atleta colombiano de 400 metros Anthony Zambrano, compañero de Ibargüen en el equipo colombiano desplazado a Catar.

Ibargüen consiguió medallas en los cuatro Mundialwes anteriores (bronce en Daegu-2011, oros en Moscú-2013 y Pekín-2015, plata en Londres-2017).

Pero aunque el esperado pulsoRojas-Ibargüenge­nera expectació­n hay otros nombres capaces de sorprender. Es el caso sobre todo de la jamaicana Shanieka Ricketts, que sorprendió a Yulimar al arrebatarl­e el triunfo en la final de la Liga de Diamante, o de la cubana Liadagmis Povea, otra de las mejores de la temporada.

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