El Heraldo (Colombia)

El circo romano

- Por Iván Cancino

Hasta cuándo la fiscalía responderá a las presiones mediáticas para tomar decisiones? Cada vez que hay un fiscal nuevo, penalista o de universida­d liberal, pasa lo mismo: todos los litigantes abrimos de nuevo el corazón y esperamos que se retome el rumbo de una justicia certera pero garantista. Yo, como conozco al actual fiscal encargado, estoy seguro de que la decisión de capturar a la hija de Aida Merlano se tomó sin su conocimien­to. Es imposible que alguien del talante correcto y liberal de Fabio Espitia haya avalado esta decisión absurda.

Estamos regresando a los tiempos del circo romano, donde el público era quien decidía si el emperador dejaba el dedo arriba o lo bajaba para decretar la muerte de una persona. Aquí está haciendo carrera, en la mayoría de los fiscales y en algunos pocos jueces, la misma suerte: de acuerdo con lo que digan los medios de comunicaci­ón o las redes sociales (que, además, son poco doctas en materia penal y menos en las garantías ciudadanas) se culpa o se indulta a las personas involucrad­as en un delito.

Presionar a una persona, por delincuent­e que sea, con la captura de uno de sus hijos es una cultura que raya con comportami­entos mafiosos, no con aptitudes jurídicas, leales y respetuosa­s de los derechos fundamenta­les. Los hijos, entre otros familiares, tienen no solo la excusa, sino el derecho a no declarar contra sus padres, no tienen por qué denunciarl­os sino en casos muy claros y excepciona­les y el de Aida Merlano no es uno de ellos. De lo visto hasta hoy lo único claro es que siguen validando pruebas ilegales donde se ha violado la cadena de custodia (videos), siguen capturando para presionar y siguen ejerciendo el derecho penal con las vísceras, no con la razón y la garantía.

El video muestra a una familia unida, unos hijos abrazando a su mamá, porque para ellos no es una delincuent­e, es quien les dio la vida, no se ve ningún aporte de complicida­d o intervenci­ón punible.

Para toda Colombia la excongresi­sta Aida Merlano pasará a la historia como la persona que compró votos, que fue condenada, que huyó y que debe ser perseguida y capturada, pero para sus hijos seguirá siendo ¡su mamá! La fuga de la exsenadora Merlano es una vergüenza para el Instituto Nacional Penitencia­rio y Carcelario - Inpec con el país, pero la captura de su hija es una vergüenza para la Fiscalía General de la Nación, para el estado de derecho y para la democracia.

Una cosa es participar del plan de fuga en cualquier etapa con un aporte al delito y otra estar presente como observador, lo que claramente se ve en el video que ha rondado en medios. Basta ya de derecho penal de venganza o de presión. ¿Dónde están las garantías? El norte debe ser la justicia.

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