El terror se tomó Barranquilla
La realidad virtual estuvo presente durante el evento. Se proyectaron cortometrajes realizados por locales.
Durante el pasado fin de semana se celebró en el centro de convenciones Combarranquilla, sede Country ,el Colombia Terror Fest, evento dedicado a un género que goza de un círculo cada vez mayor de adeptos en el país. El asesino Leatherface, el payaso Pennywise y otros personajes del cine de terror desfilaron en un festival que contó con la participación activa de los asistentes, como recoge la imagen.
Al abrir las puertas del centro de convenciones de Combarranquilla sede country, el ambiente se tornó frío y oscuro. Allí, como sacados de cualquier historia de horror, estaban el asesino Leatherface, el payaso Pennywise y otros personajes del cine de terror, atentos a cada paso de los visitantes. Ellos hicieron parte de la tercera edición del Colombia Terror Fest que se celebró este fin de semana en Barranquilla.
El género del terror es uno de los más sonados en este mes de los sustos y los espantos. Existen personas que disfrutan de estas historias terroríficas que se pueden encontrar en todas sus versiones dentro de la industria del entretenimiento: en películas, libros, dibujos animados e incluso en la música.
Durante la convención, los amantes del horror disfrutaron de múltiples actividades enfocadas a esta temática, como concursos de conocimiento y de disfraces.
El evento contó también con la realización del Festival Internacional de Cine de Terror de Barranquilla, en donde se proyectaron diferentes propuestas audiovisuales en el formato de cortometraje. La novia de Puerto Colombia fue el tema principal en los trabajos de aquellos que participaron y mostraron su talento en la sala central del recinto.
En un rincón del lugar, acompañados de máscaras con los rostros de personajes como Freddy Krueger o Predator, se encontraban Julián Daza y Catalina Ferreira. Esta pareja tiene seis años de haber contraído matrimonio, y juntos tienen un negocio en confección de artículos para disfraces de terror.
Julián, que trabaja en artes plásticas por todo el país, remonta su pasión por el género del horror desde que tenía siete años. Según cuenta, su padre tenía fascinación por los monstruos de esa época. En su niñez recibía muchas charlas de cómo se hacían los efectos especiales en las películas y así “emergió ese amor por estos personajes de fantásticos”.
Carolina, en cambio, no era fanática de este género. Aprender sobre ese mundo, comentó, fue gracias a la relación con su esposo y el negocio que tienen juntos. Ella, quien es diseñadora industrial, se encarga de vender e impulsar las diferentes máscaras y objetos de disfraces que realiza Julián.